Con solo 11 partidos restantes en la temporada de béisbol invernal, la República Dominicana encuenta a los Tigres del Licey sumergidos en el sótano de la pelota dominicana.

Dos razones principales radican en el fracaso de los azules esta campaña: El Licey tiene el peor pitcheo de la liga y al mismo tiempo cuentan con la peor defensa de todo el circuito quisqueyano.

Mientras el promedio de la liga tiene un porcentaje de carreras limpias permitidas de 3.53, el Licey tiene una efectividad colectiva de 4.46.

Los Tigres han permitido 211 carreras esta temporada, 170 de ellas limpias, o lo que es igual a 38 vueltas más que su más cercano en la lista, las Estrellas (173).

La defensa del Licey, que con 38 errores casi duplica al que le sigue en la lista, ha sido una de las razones para la debacle azul, con un total de 41 carreras sucias esta campaña que han llevado a que sus 163 anotadas en el torneo pasen prácticamente desapercibidas.

Con cuatro juegos de distancia de la cuarta posición que ocupan las Aguilas Cibaeñas, el Licey aun tiene vida matemática, pero su situación real es mucho más compleja, tomando en cuenta que deberían ganar nueve de los próximos 11 compromisos para poder optar por una oportunidad.

Un punto a su favor es que aun le quedan tres compromisos contra las Aguilas Cibaeñas y dos contra los Gigantes del Cibao, los primeros encima de ellos en la tabla de posiciones. Ganar esos cinco compromisos, algo que no han logrado de manera consistente, podría cambiar un poco el ritmo de la recta final de la campaña.

Mientras, los Toros y las Estrellas se reparten el primer lugar y los Leones del Escogido lucen afianzados en la tercera posición, con una ventaja de dos juegos sobre el cuarto puesto que  ocupan las Aguilas Cibaeñas y de tres sobre la quinta plaza de los Gigantes del Cibao.

La batalla por el cuarto puesto, sin duda alguna, que dejará muchas emociones latentes una vez que se termine la temporada regular el próximo 22 de diciembre.

Para muchos habrá alegría por doquier, pero del otro lado habrá mucha tristeza por los fracasos sufridos.

 De lo que no hay interrogantes es de que al final del día y de la contienda, como de costumbre, se espera que el mejor haya jugado sea el que avance hacia los playoffs en busca de una chance por la anhelada corona.