Semana Santa, consejos de seguridad al viajar con niños

Semana Santa, consejos de seguridad al viajar con niños

Muchas familias suelen salir de vacaciones en esta Semana Mayor, para disfrutar de una merecida pausa del trabajo y la rutina diaria. Sin embargo, cuando salimos con niños, hay que tener ciertos cuidados y precauciones para no arruinar la diversión.
Detalles como la alteración en los horarios de comida, cambio del menú hogareño por comidas en la calle, altas horas de exposición al sol y extensión del horario para dormir, son algunos elementos que debemos cuidar en estas cortas vacaciones, para tener un retorno feliz, a los quehaceres diarios de la familia el próximo dos de abril.

A continuación, compartimos algunos tips vacacionales para disfrutar ya sea del sol y la arena o de alguna aventura en la las montañas.
Comida segura. Los niños son los más vulnerables a las enfermedades estomacales, y los cuidarlos depende exclusivamente de los adultos, principalmente de sus padres. Las infecciones más comunes en vacaciones suelen ser producto de la contaminación cruzada, los alimentos mal cocidos y el corte de la cadena de frío. En ese sentido se debe tratar en la medida de lo posible de llevar alimentos preparados en casa como: sándwich, frutas hidratantes como patilla, agua embotellada y dulcitos.
Atentos al Astro Rey. Todos anhelamos llegar a la playa y conseguir un sol radiante, pero cuidado con las insolaciones o quemaduras solares. Es de vital importancia que los niños utilicen bloqueadores con factor de protección mayor a 30 y aplicarlo, antes de llegar a la playa y luego cada 30 minutos. También deben usar gorros, trajes de baño con camisa y tiempos de descanso bajo sombra. Luego en la noche, aplicar cremas hidratantes aptas para su tipo de piel.
Calor e hidratación. Con tanta diversión los pequeños se olvidan de tomar agua y a veces hasta de comer. Es por ello que debemos estar pendientes de que se mantengan bien hidratados para evitar lo que se conoce como “golpes de calor”, debido a las altas temperaturas. La dosis diaria recomendada para los niños, es de 50 a 60 milimetros de agua por cada kilo de peso, lo que significa que si un niño pesa 20 kilos (44 libras), debe consumir 1 litro de agua al día.
Vigilancia en todo momento. Los niños se portan como niños y cualquier descuido puede arruinar las vacaciones. Mantén los ojos bien abiertos cuando los pequeños estén dentro del agua. De igual forma inspecciona que tu espacio de arena esté libre de objetos cortantes o basura. Si tus hijos son muy pequeños para entrar al mar, lo mejor es llevar una piscina inflable.
El botiquín seguro. No olvides llevar un botiquín en el carro con todo lo necesario para hacerle frente a una emergencia por mínima que sea. Es bien sabido que los niños no están exentos de un raspón, una caída o un malestar leve, de modo que estar preparados y más aún si te encuentras de viaje, siempre será la mejor opción. De igual manera, no olvides llevar los medicamentos indicados por el pediatra en caso de que tu pequeño esté en algún tratamiento clínico.
¿Qué llevar? Alcohol yodado o agua oxigenada, gasa, algodón, esparadrapo o curitas, solución de alcohol gel, para limpieza de manos y desinfección de objetos, analgésicos, como acetaminofén, en caso de fiebre. Dosis dada por el pediatra, loción para disminuir el escozor de las picaduras de insectos. Los repelentes son eficaces para prevenirlas, pero deben ser usados solo en niños mayores de 5 años, bloqueador solar, según la edad, termómetro, gotas para dolor de oído (preguntar al pediatra).
Seguros y felices. Recuerda hacer el chequeo preventivo de tu vehículo antes y después de salir de vacaciones. Revisa que tenga las sillas de seguridad de acuerdo a la edad de tus hijos, así como todo lo necesario para un viaje tranquilo. Juguetes preferidos, canciones infantiles, comidas, agua, botiquín de primeros auxilios, ropa de cambio, sábanas y demás enseres necesarios. Si el viaje es muy largo, realiza una pausa para descansar y estirar las piernas. Maneja con cuidado y sin prisa, lo importante es llegar y regresar, sanos y a salvo.
El protocolo de viajar con niños puede ser estresante, pero aplica aquello de que “es mejor prevenir que lamentar”.

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