Semana Santa, ¿la santificamos?

Semana Santa, ¿la santificamos?

POR LEONOR ASILIS
Estamos en la Semana Santa. La semana por excelencia, la que celebra la Iglesia, el misterio santo de nuestra Salvación. Vale la pena cuestionarnos, hasta qué punto en nuestro interior reflexionamos, y vivimos el significado profundo de lo que nuestro Señor y Salvador Jesucristo padeció por nosotros para nuestras conversiones y cambio de vida.

Sin embargo, la gran noticia es que resucitó y está entre nosotros, actuando día a día, transformando para bien nuestras vidas.

Repito como titula el Padre Emiliano Tardiff en su libro «Jesús está vivo», donde narra múltiples signos visibles de su presencia. Es una invitación a conocer las maravillas de nuestro Señor Jesucristo, como dijo Felipe a Natanael: Ven y lo verás. Esta es nuestra cita, nadie está excluido, todos estamos invitados: Se trata de que en esta Semana Santa, en el año que la Iglesia celebra el año de la Eucaristía, con especial atención a la misericordia de Dios nuestro Padre, todos los dominicanos nos reconciliemos con El y nos aprovechemos delas abundantes gracias que El derrama y no nos dejemos llevar por las corrientes frívolas, vacías y pasajeras que el mundo nos presenta, queriendo privarnos de la felicidad verdadera y siempre eterna.

Como bien decía San Agustín: «Qué prefieres, amar las cosas temporales y pasar con el tiempo, a no amar al mundo y vivir eternamente con Dios?».

Para este gran proyecto de vida eterna, no estamos solos. Tenemos la gran ventaja de que Jesús es nuestro guía ya que El es el camino, la verdad y la vida. Con El y en El, como dice el sacerdote en la Sagrada Eucaristía nos ofrece al Padre para darle todo honor y toda gloria.

En Jesús sabemos cómo vivir en el amor, perdonar y ser perdonados con el auxilio maravilloso del sacramento de la reconciliación donde recibimos fuerza de El para superar nuestras flaquezas. En Jesús Eucaristía le recibimos en su Cuerpo y su Sangre para alimentarnos de todo su ser.

Con la asistencia del Espíritu Santo podemos orar lo que a nuestra alma le conviene en conformidad a nuestra salvación. La Iglesia nos exhorta en este tiempo a hacer más penitencia con oración, ayuno y limosna para purificar nuestras almas y ser más agradables a Dios y acercarnos al sacramento eucarístico ya sea recibiéndolo en la comunión y o visitándolo en el Santísimo.

Digo con el Padre Pío estas palabras, cito: «Dios nos ama, y mucho. Corresponder a su amor es nuestro compromiso».

Leonor.asilis@verizon.net.do

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