Semana Santa transformó la dimensión religiosa por social

Semana Santa transformó la dimensión religiosa por social

El concepto que tiene la gente cristiana sobre la Semana Santa es de recogimiento, reflexión, búsqueda de Jesucristo y respeto, incluso, se consideraba una herejía que las emisoras tocarán música que no fuera sacra el Viernes Santo, se prohibía la venta de bebidas alcohólicas, sin embargo, al paso del tiempo ha desvirtuado la celebración y han desaparecido una serie de tradiciones religiosas, muchos por la ausencia de los jóvenes en participar de estos cultos católicos.
La explicación la ofreció el sociólogo y director de Cultura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Dagoberto Tejeda, quien también indica que por el contrario, se mantienen ceremonias populares en muchos pueblos dominicanos, de manifestaciones folclóricas ricas a nivel popular, como los gagá en los ingenios azucareros, formulados por grupos de personas que recorren los campos llevando sus creencias de Semana Santa, dando gracias por la fertilidad de la tierra y la llegada de la primavera.
Indica que el concepto de la Semana Santa se transforma en función de los cambios sociales.
“En un momento dado, prevalece toda la conceptuación de la iglesia, en el sentido religioso, pero a nivel popular, se va haciendo otra dimensión”, indica el gestor cultural, miembro de la Academia de Ciencias y profesor meritísimo de la UASD.
Tradiciones. A nivel popular, en Semana Santa se hacen sacrificios cotidianos, por lo que el Jueves Santo, en muchas casas se solía limpiar la mesa del comedor de los adornos, para dejarla como espacio para colocar los dulces que se intercambiaban las familias, vecinos y amigos. Es una costumbre arraigada en la zona de Baní, que entendían el deber de endulzar la vida.
Otras tradiciones, no recogidas por Tejeda, pero que se han olvidado en Semana Santa, eran las prácticas mágico-religiosas, en las que personas realizaban rituales y ofrendas con la esperanza de conseguir salud.
En algunos pueblos, las parejas solían abstenerse de las relaciones sexuales el Viernes Santo, por el temor de las personas a quedarse pegadas. Mientras otros no se bañaban en el río, ya que se les advertían que se convertirían en peces.
Visión religiosa. Tejeda explica que aquel que violaba las normas sagradas era repudiado. La gente no se atrevía a bailar un Viernes Santo. “Ahora, cada vez más en la playa, la comercialización ha ido llevando el alcohol con la música no religiosa, que antes se decía que era música de muerto”.
Lamenta la transformación de la Semana Santa y exceso de festividad, al punto que quien no puede ir a la playa, toma un baño de sol en su casa, para comentar en su círculo que se fue de vacaciones.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas