La sociedad que agrupa a los neurólogos y neurocirujanos del país se encuentra celebrando desde el pasado jueves nuestro XXIV congreso internacional en el hotel Hard Rock de Punta Cana. Nos correspondió el alto honor de leer la semblanza del distinguido colega en razón de que se le dedica a él el congreso. Pocas veces se tiene la oportunidad como esta solemne noche donde se inicia formalmente nuestro XXIV congreso lo cual nos hace sentir felices a todos y regocijados al dedicarle muy justamente el evento como un homenaje a una de las figuras más queridas y respetada de las neurociencias en el país.
Permítanme ustedes describirles a nuestro homenajeado en tres vertientes: primero el hombre, segundo el médico y tercero el maestro. El hombre homenajeado, nace un noviembre en la “Novia del Atlántico”, Puerto Plata, en el hogar amoroso de Diego Santos Pelegrín y Caridad Viloria, inquieto desde temprana edad es en la poza del Castillo con el choque de las olas en los acantilados en esa mar oceánica color lapislázuli, donde se hicieron presentes sus primeras travesuras, mientras cursaba estudios primarios en la Escuela Antera Mota. Luego en el liceo Secundario José Dubús, forma parte del equipo de básquetbol de la ciudad norteña, que en ese entonces era el “pueblito” encantado al que bien cantó Juan Lockward. Al hacerse mayorcito el hombre, viene a la capital en el 1959, como ser humano, todos aquellos que lo han tratado de cerca lo pueden definir como un ser muy cordial, siempre con demostraciones de afecto, con apego a la simpatía, con esa constante corriente renovadora de amistad. de este hombre íntegro, trabajador incansable, cargado de probidad y de bondad.
Veamos en segunda instancia al médico, si la perseverancia es la acumulación de potencias para mover los recursos interiores asentados en el cerebro, aquí tenemos un ejemplo vivo. Estudió medicina en la Universidad de Santo Domingo del 1959 a 1965, trabajando durante su formación en los hospitales Luis E. Aybar, Moscoso Puello y el psiquiátrico Padre Billini. Realiza su pasantía en el Darío Contreras 65-66. Viaja a Francia para realizar su Postgrado de Neurología y Electroencefalografía en el Hospital de La Timone y el Hospital de Niños Epilépticos. Hizo rotación en el bello París, en La Salpetire con el profesor Henry Garcin. Luego en Nueva York en el Prebysterian Medical Center.
Regresa al país en el 1970 donde laboró como ayudante del Servicio de Neurología, encargado del Departamento de Electroencefalografía del Hospital Salvador B. Gautier y luego preside el Departamento de Neurología del Hospital Militar Dr. Enrique Lightow Ceara (antiguo Marión). Trabajó en seguida como jefe del Servicio de Neurología del Hospital Luis E. Aybar, por 34 años. Damos fe de que esos años de los que en lo personal también nos nutrimos, fueron ejercidos como un servicio muy eficiente. Finalmente veamos el maestro, al Dr. Santos hay que definirlo como un verdadero entusiasta, un maestro fundador. Fue profesor de Neurología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo por 34 años, desde donde emanaron tesis de grado, investigaciones, congresos nacionales e internacionales de imposible numeración, que se generaron en todos esos años. Se puede sentir el hoy homenajeado, satisfecho con su labor de darse a la sociedad. Ha presidido nuestra sociedad de Neurología y Neurocirugía, la Sociedad Dominicana de Hipertensión, la Sociedad de Medicina Interna, y otras.
Le corresponde el honor de haber puesto las epilepsias de nuestro país en el mapa latinoamericano e internacional y como muestra un botón, es quien funda el Club de la Epilepsia Dominicano y preside el comité organizador del 1er Congreso Caribeño de Epilepsia en el 2001. Desde entonces el Club ha desarrollado bajo su motorización una labor de servicios médicos, educación continuada y aportes científicos como pocas instituciones médicas en el país.
Ha recibido numerosos reconocimientos, pero lo vamos a resumir en el último de hace tres semanas, el Colegio Médico Dominicano lo reconoce con el grado de: “Exaltación al Mérito Académico y Asistencial. Esta noche la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía rinde un muy merecido homenaje en una página justa y honradora el profesor Dr. Diógenes Santos Viloria, ejemplo vivo de laboriosidad y entrega hipocrática, loor a su obra de bien.