Parceleros de arroz, ahuyamas, plátanos, ganados, peces y otros rubros, comprobaron ayer miércoles que miles de tareas se dañaron en Hacienda Estrella, Distrito Municipal de La Victoria, como consecuencias de las inundaciones producidas por la tormenta Franklin el miércoles de la semana pasada.

Mientras pequeños productores de las comunidades Rancho Arriba, Cabón, La Ceiba, Los Castillos, Reventón y otras pegan el grito al cielo debido a que la crecida de los ríos de la zona se llevaron los que tenían sembrados.

La mayoría de parcelas que habían sido sembradas de arroz hace menos de un mes, se pudrieron, mientras las que ya estaban para corte dentro de aproximadamente un mes se quemaron.

José Manuel Paulino, dueño de dos parcelas, en el proyecto de la Cueva del León, informó que a raíz de un reportaje publicado por este diario el pasado lunes, el presidente Luis Abinader instruyó a los funcionarios del área agropecuaria a que vayan a la zona a evaluar los daños para tomar medidas.

Mostró una inmensa porción de terrenos sembrado del cereal que todavía se mantiene parado, pero que dentro de unos días también desaparecería.

Paulino cree que a los productores no queda otra opción que pasar los tractores a las parcelas que habían sembrados para volver a plantar.

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Pronto cosecharían

Precisamente se observaron tractores pasando por encina de parcelas que habían sido inundadas por la crecida del río Ozama y otros afluentes.

Señala que aunque quieran sembrar de nuevo sus parcelas, sería muy difícil, ya que también los semilleros fueron dañados, por lo que la opción sería mediante el método de regar.

Además, precisa, esa labor habría que hacerla de inmediato, tras señalar que el período siembre está pasando, por lo que hacerlo después sería tiempo perdido.

Los parceleros tenían programado cosechar arroz dentro de un mes y 15 días, pero las aguas provocadas por la tormenta Franklin destruyeron la producción, por lo que sus propietarios quedaron con las manos vacías, pero con deudas millonarias.

Pequeños agricultores

El río Cabón, aunque comenzó a bajar, luego de dos semanas totalmente botado, ayer quienes habían estado incomunicados comenzaron a cruzar, pero en una canoa, sobre todo, quienes habitan en Rancho Arriba, Cabón, La Ceiba, Reventón, Los Castillos, y otras que viven de la agropecuaria.

Joselito Suazo de la Cruz, dijo que perdió una producción de ahuyama en Rancho Arriba, ya que no pudo cruzar durante dos semanas.

Sostuvo que por esa situación los hombres y mujeres de la zona no quieren sembrar, debido a que el Cabón crece con frecuencia y hasta ahí queda el sudor de quienes se dedican a labrar la tierra.

Eleodoro de la Cruz, llegó ayer hasta el paso del río Cabón con una motocicleta cargada de pan con el objetivo de trasladarse hasta Rancho Arriba, pero este afluente lo impidió, por lo que se valió de una canoa para la travésía.

Juan Marcelino de la Cruz, habita próximo a la Laguna Manatí, pero siembra en Rancho Arriba, afirmó la agricultura se la llevó el río, por lo que la comunidad quedó sin yuca, plátano, ahuyama y otros rubros.

“Necesitamos con urgencia la ayuda del gobierno, porque aquí vivimos de la agricultura, y ahora no tenemos nada, el rio acabó con todos”, expresó.

Debido a las dificultades para cruzar este río, los estudiantes de Rancho Arriba no han comenzado el presente año escolar.

Es posible que estos estudiantes comiencen a asistir a clase a partir del lunes, en caso de que no llueva, porque si sucede tendrán que quedarse en casa.