Sembrar el oro

Sembrar el oro

La explotación de los recursos naturales en América  arroja resultados indeseados. No olvidemos aquella cuarteta: Pobre América Latina/como ayer a tus inditos/te cambian por espejitos/tu pan/tu oro/ y tu mina.

Juan Pablo Pérez Alfonzo, abogado venezolano, fue el ideólogo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero renunció desilusionado porque la OPEP no se dedicó a desarrollar los países pobres con el comercio justo del petróleo, sino a comerciar con los países que podrían pagar el precio que la organización impusiera”.

El Coronel  Khadafi  reivindicó el derecho de los países petroleros a fijar el precio de su producto, en una decisión que redireccionó la historia económica del mundo.

Cuando Pérez Alfonzo propuso la creación de la OPEP ya Rómulo Betancourt había escrito “Venezuela, Política y Petróleo” y no recuerdo quién pidió que Venezuela “sembrara el petróleo”.

 Mientras ocupé el Consulado dominicano en La Güaira , Venezuela, en  1963, me extrañó sobremanera que Venezuela, con tanta tierra, plena de agua, con tanta gente trabajadora, viviera de espaldas al campo y tuviera que importar, de Argentina y México, la mayor parte de su alimento favorito: el maíz con el que  prepara una “hallaca multisápida” como decía Betancourt.

Definitivamente no somos buenos aplicando las enseñanzas bíblicas y Venezuela se hundió en el “dame dos” que pedían al comprar en el extranjero y les informaban el precio de lo que querían comprar.

De los 4.50 bolívares por dólar de entonces, Venezuela transita la pendiente enjabonada de la devaluación hasta límites nunca soñados.

¿Qué nos ha pasado a los dominicanos? No supimos aprovechar el complejo agrícola industrial alrededor de la caña para desarrollar investigaciones sobre suelos, cultivos, abonos, productividad, comercialización y terminamos con una siembra de bronce representando la industria cañera en un grupo escultórico en Villa Duarte.

Se le regaló el oro de Cotuí a la Honduras Rosario Minning en una extraña operación financiera que convirtió una “inversión extranjera” en un préstamo de la banca nacional para explotar la mina.

Cuando ya la mina carecía de valor fue comprada por el gobierno y todo se volvió arrojar sal en el mar. Vinieron, cavaron, hollaron, sacaron oro y plata y nos dejaron hoyos y contaminación.

Entonces fui de los que propuse que convirtieran el oro en joyas, monedas para que se obtuvieran beneficios de esa explotación.

Los gobiernos no prestan oídos a propuestas que alejen la corrupción.

Nuevamente van a explotar la mina de Cotuí ¿hay un plan para sembrar el oro y beneficiar al país o seguiremos con más de lo mismo?

En Venezuela, aún  se importa maíz.

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