Semillas certificadas de arroz

Semillas certificadas de arroz

Por los bajos conocimientos de nuestros arroceros, el uso de semillas broncas contaminadas de arroz rojo se ha incrementado en el Siglo XXI, especialmente en el 2013 y 2014, donde su uso pasa del 60% de semillas broncas, la cual se vende a RD$1,600. Bronca es semilla sin control de calidad.

El arroz rojo es una maleza y para su control existen varios métodos: arar varias veces la finca antes de sembrar y así eliminar todas las hierbas o aplicar el herbicida Glifosato o cultivar variedades bajo el sistema clearfield, como la Tempisque, Puitá o Yokahú, pero éstas se pueden cultivar dos veces seguidas, porque intoxican el suelo.

Las semillas certificadas provienen de semillas genéticas, cuando se produce una nueva variedad y si ya existe es producida en los campos experimentales. La semilla de fundación o básica es producida en los mismos campos experimentales y estas semillas se distribuyen entre arroceros seleccionados, que siguen una guía de producción con la asesoría de los técnicos de la productora, donde la finca del arrocero seleccionado no puede estar contaminada de arroz rojo.

Luego, la semilla traída de la finca es procesada en la planta y se garantiza la pureza varietal; tener 0.80% de impurezas, cero granos rojos, aunque la ley permite 3 granos rojos por kilo en las semillas certificadas. Asimismo, tener poder germinativo en un 90%, vigor sobre 90% en el laboratorio y en estrés un 42%. Este último se coloca la semilla en un ambiente de 420 C, durante 48 horas, con una humedad relativa de 1000 C. El vigor de germinación determina la calidad de la semilla, sino lo tiene, la semilla no nace bien y hay que repetir la siembra, lo cual aumenta los costos.

La semilla es secada en dos fases, cuando llega de la finca tiene una humedad de 18 a 240 C y es secada por 20 horas, para reducir la humedad de 14 a 160 C. Después se coloca en silos refrigerados a una temperatura de 18O C. En ese ambiente puede reducir un grado. El segundo secado es por 16 horas, para reducir la humedad a 12 grados y ahí se vuelve a almacenar a 18O C., hasta que se venden para la siembra.

Todas las procesadoras de semillas deben cumplir con los requisitos expuestos anteriormente y el Ministerio de Agricultura exigir estos parámetros, pero ese control no es exigido con rigor y por eso muchas semillas certificadas no tienen la calidad exigida. Hay que establecer una política en el uso de semillas certificadas por los arroceros, para poder competir en el DR-CAFTA. Las semillas certificadas aumentan un 15% la producción, disminuyen los costos y se reduce el vaneamiento. Aunque el problema es viejo, deberían intervenir Agricultura, el IAD y el Banco Agrícola.

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