WASHINGTON (AFP).- La tensión política en Washington se encuentra en su punto más alto, ya que la mayoría republicana del presidente George W. Bush está dispuesta a provocar una crisis en el Senado para imponer la nominación de jueces conservadores pasando por alto a la oposición demócrata.
«Es un momento histórico, (los republicanos) quieren quebrar el reglamento del Senado», afirmó indignado el domingo Richard Durbin, número dos de la minoría demócrata.
Si continúa lo que Durbin llamó una «crisis nuclear» el resultado será «dar al presidente (estadounidense) más poder que el que jamás tuvo en la historia de Estados Unidos», dijo el legislador a la cadena televisiva NBC.
Desde el martes, los 100 senadores estadounidenses deberán decidir, a través de una votación por mayoría simple, si quieren o no prohibir el «filibusterismo parlamentario», como propone el jefe de las filas republicanas Bill Frist, a riesgo de paralizar toda actividad legislativa.
El «filibusterismo» es una maniobra de obstrucción inmortalizada por James Stewart en la película «El señor Smith en el Senado», que permitió a la oposición demócrata bloquear entre 2001 y 2004 10 nominaciones de jueces federales que consideraban ultraconservadores. Hacen falta 60 senadores (sobre 100) para hacer fracasar esta maniobra.
Recientemente reelecto y con mayorías fortalecidas en las dos Cámaras del Congreso -aunque sólo cuenta con 55 escaños en el Senado- Bush decidió en febrero someter nuevamente a la aprobación de la Cámara alta a siete de los magistrados cuestionados.
Según los demócratas, estos jueces defienden posiciones excesivamente favorables al mundo de los negocios y opuestas al aborto. «El estudio de sus anteriores decisiones muestra que (estos jueces) cercenarían los derechos fundamentales (…). Anularían gran parte del progreso logrado por este país para avanzar en el camino de la igualdad y de la igualdad de posibilidades», afirmó el demócrata Edward Kennedy.
«No me gusta obstruir la nominación de jueces (…) pero queremos tener este derecho. ¿Es mucho pedir que el presidente elija personas que puedan contar con el apoyo de al menos 60 de los 100 senadores?», dijo Joseph Lieberman, uno de los demócratas más centristas, a la cadena televisiva ABC.
Un grupo de legisladores centristas de ambos partidos promete trabajar hasta la madrugada del martes si es necesario para evitar esta «crisis nuclear».
«Tenemos más de una docena de senadores, personas de buena voluntad que confían mutuamente y quieren evitar esta explosión nuclear que podría dañar esta institución a largo plazo, y a corto plazo impedir que hagamos nuestro trabajo», explicó el republicano independiente John McCain en el canal Fox.
Una propuesta de compromiso, comunicada a la AFP, ataca uno de los ejes del actual enfrentamiento: la composición y la orientación política de la Corte Suprema, cuyo presidente William Rehnquist, quien se encuentra enfermo, debería ser reemplazado en breve.
En virtud de esta solución de compromiso, el Senado tomaría la iniciativa en la nominación de magistrados, proponiéndole a Bush una lista de posibles candidatos a la presidencia de la Corte Suprema: posiblemente personas poco susceptibles de revertir la legalidad del aborto, un tema esencial para la derecha religiosa que milita actualmente contra el derecho de bloqueo a los demócratas.
Si el compromiso fracasa y la mayoría republicana decide cercenar los derechos de la oposición, los demócratas anunciaron que realizarían una huelga de intereses: paralizarían la actividad legislativa mientras no obtengan concesiones en temas que consideran prioritarios, como el salario mínimo.