El Senado rechazó anoche disponer una auditoría en la Cámara de Cuentas y remitir a la Cámara de Diputados alegadas pruebas de corrupción contra ese organismo, como sugirió un informe de una comisión especial que creó el hemiciclo para estudiar una propuesta que, en tal sentido, había hecho el senador Tonty Rutinel Domínguez.
Al agotar un turno, Rutinel Domínguez afirmó que el presidente Hipólito Mejía le había dicho que los miembros de la Cámara de Cuentas eran unos «ladrones», pero que el mandatario terminó remitiendo ternas para ratificar a esos jueces.
«El Presidente me engañó», sostuvo el representante de la provincia Santo Domingo, quien expresó que en 13 ocasiones explicó al presidente Mejía las irregularidades graves que, según alega, cometieron los miembros de la Cámara de Cuentas.
El informe fue rendido al hemiciclo por el presidente de la comisión especial, Ramón Alburquerque, perredeísta por Monte Plata.
Al intervenir, el vocero del bloque del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Tommy Durán, dijo que la propuesta de Rutinel Domínguez era improcedente y afirmó que este legislador se ha dedicado a echar lodo «hasta el techo» contra el Senado y sus miembros.
Manifestó que la misma ley que rige la Cámara de Cuentas, faculta a ese organismo y no al Senado, a auditarse mediante la contratación de una firma privada.
Durán manifestó también que «aquí estamos cansados de que él (Rutinel Domínguez) se atribuya los esfuerzos que han hecho todos los miembros del Senado en su conjunto».
Los senadores Alburquerque, Ramírez Pérez (PRD-Elías Piña) y Germán Castro García (PRSC-La Altagracia), quienes participaron como miembros de la comisión especial, favorecieron la realización de la auditoría al organismo fiscalizador de los fondos públicos.
En su intervención, Rutinel Domínguez citó entre las irregularidades atribuidas a la Cámara de Cuentas, el aumento de su nómina de 80 a 600 empleados, muchos de ellos, afirmó, familiares de miembros del bufete directivo que preside en ese organismo el doctor Máximo Castillo Salas, así como de legisladores.
Afirmó que el Senado cometió un crimen cuando ratificó a los miembros de la Cámara de Cuentas de las ternas que le sometió el presidente Mejía.
Dijo que quienes hicieron que renunciaran dos jueces y los técnicos que laboraban en el proceso de modernización del Congreso y la Cámara de Cuentas, fueron el presidente Mejía y los senadores.
Consideró que la actuación del jefe gobernante en este caso, fue «un atropello innecesario» y agregó que la aprobación del pleno senatorial de las ternas constituyó un crimen.
«No importa que me digan que por menos de esto mataron a Darío y que hagan llamadas a mi madre para amedrentarnos», significó Rutinel Domínguez, quien sostuvo que su moral está por encima del PRD.
El senador Darío Gómez Martínez, de la provincia Santiago Rodríguez, fue agredido a tiros por delincuentes el 12 de diciembre del 2001 y murió dos días después.
Rutinel Domínguez dijo que la auditoría a la Cámara de Cuentas, debe hacerse y que si el experticio demuestra que él está equivocado, renuncia a la curul y, si se demuestra corrupción, los jueces de la institución deberán dimitir y ser sometidos a la Justicia.
El informe contrario a la propuesta de Rutinel Domínguez, fue rechazado cuando el presidente del hemiciclo, Jesús Vásquez Martínez, lo sometió a votación y sólo logró el voto favorable de 8 de los 24 senadores presentes.
Votaron por el informe Vásquez Martínez, de María Trinidad Sánchez; Vicente Castillo, de Peravia; Dagoberto Rodríguez Adames, de Independencia; Rutinel Domínguez; Celeste Gómez, de Santiago Rodríguez; Ramírez Pérez y Castro García.