POR GERMAN MARTE
Ramón Alburquerque, senador por Monte Plata, criticó los frecuentes viajes al exterior del presidente Leonel Fernández y afirmó que la situación no está para un presidente «itinerante», que para más en extranjero que en la nación que lo eligió.

El aspirante a la presidencia del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD) dijo que el mandatario cree que es un «supergenio» que no necesita estar en el país para manejar las cosas del Estado y piensa que lo puede dirigir a «control remoto» o «si le está sacando el cuerpo» a la crisis que, según dijo, afecta a la mayoría de los dominicanos.

El gobierno de Fernández apenas tiene nueve meses, y ya parece viejo, como si  estuviera finalizando su período, expresó Alburquerque, «parece que se está yendo ya, primero porque al presidente casi no  vemos; creo que ha salido como 14 veces en unos 60 días».

El senador sostuvo que una de las razones por las cuales Juan Bosch perdió el liderazgo en el PRD fue porque nunca lo dirigió ni siquiera año y medio de manera continua, «siempre era un ausentismo, un viaje, un mandar a decir, y no estaba ahí».

Empero, consideró que la situación económica de los dominicanos no está bien, excepto para la macroeconomía vinculada al gran manejo de la deuda externa y los recursos para que los clasificadores como la Standar & Pool y otros digan que el país puede pagar (la deuda), y eso es cierto, agregó, pero no en términos de manejar la economía para que la gente pueda comer.

Adujo que durante la gestión de Hipólito Mejía se protegió a los pequeños productores de cebolla, y se llegó a comprar el quintal del producto hasta mil y mil doscientos pesos, pero ahora han los precios han descendido hasta RD$68 y el gobierno no dice nada, incluso algunos han tenido que botar sus mercancías porque se les ha podrido.

A su juicio, la gestión de Fernández ha sido calamitosa para el hombre de la calle, para la clase media, las amas de casa.

Asimismo, señaló que la reducción en la tasa de interés ha sido tan drástica que ha arruinado a muchas familias de clase media que tienen sus ahorros en los bancos, al tiempo que ha alejado a muchos otros que no se siente atraídos a traer su dinero al país, porque entienden que la tasa de interés seguirá bajando.

Y lo mismo, según Alburquerque, ha ocurrido con empresas de zona franca y turismo que han visto incrementar sus costos, mientras que sus ingresos se han reducido significativamente.

Advirtió que todos estos elementos están generando mayor incertidumbre en la población. A lo que se agrega la «amenaza» de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio y las consecuencias que de él se derivan puesto que el gobierno no ha sometido al Congreso, como prometió, el conocimiento de una serie de medidas compensatorias para el sector productivo nacional.

«Pero el gobierno es sordo y el presidente Fernández está en EEUU, reunidos con otros presidentes, ayudando al débil presidente Bush, pero debilitándose aquí y debilitando la situación de los dominicanos», manifestó Alburquerque al ser entrevistado en el programa televisivo Aeromundo.

EL FMI

A juicio de Alburquerque, los nueve meses que lleva el gobierno del PLD han sido de éxito para el Fondo Monetario Internacional  (FMI), «pero solamente» eso.

Adujo que el gobierno pudo renegociar los «Bonos Soberanos» con el Club de París, y ahora están en busca de nuevos financiamientos, a pesar de que habían dicho que ya el techo de endeudamiento del país se había agotado, lo cual es una contradicción.

Manifestó que si bien el gobierno ha podido controlar la tasa de cambio del dólar, no hay medida de compensación y la comida está tan cara como antes.

«El gobierno no se ha dado cuenta que la prima (del dólar) bajó 40%, pero entonces el aumento del ITBIS y de la comisión cambiaria aumentó en un 33% y en un cincuenta y tanto por ciento, y el efecto es que la reducción global tan sólo ha sido de un 11%», explicó el senador perredeísta.

Esto se combina con el hecho de que el Banco Central ha recogido RD$136,000 millones, lo cual hace que la gente en la calle sienta que el peso escasea, y el pueblo no tiene con qué comprar.

Detrás de todo, según el dirigente político, hay algo que ha causado un efecto demoledor, pues resulta que el sector de la construcción se nutre de las inversiones que hacen los dominicanos residentes en el exterior, y que según observó, se han alejado y sólo están enviando las remesas para el consumo y el mantenimiento de la familia.

Precisó que antes, si un dominicano residente en el exterior mandaba mil dólares, eso representaba RD$48,000, pero ahora sólo significa RD$28,000, mientras el costo de los bienes apenas se ha reducido 11%, y esto hace que la gente sienta que pierde demasiado y se han alejado.

Criticó que mientras los hospitales carecen de todo, el gobierno haya decidido donarle US$25 millones a un grupo de inversionistas que supuestamente no podía terminar un hospital privado en Santiago, «pero ese mismo grupo de inversionistas ahora está comprando CDN haciendo una inversión que excede los US$25 millones».

En su opinión, el pueblo se da cuenta de esto «y se da cuenta de esto e inmediatamente comprende que lo que hay es ajuste de cuenta, un pago de deudas políticas con grupos oligarcas enquistados en el poder».

ANTICORRUPCIÓN

Asimismo, el dirigente perredeísta criticó la lucha anticorrupción del gobierno y a seguidas exclamó que «el pueblo dominicano tendrá que llorar lágrimas de sangre si no encuentra un gobierno que ponga freno a la corrupción».

El legislador reveló que él mismo le mostró un estudio al ex presidente Mejía, durante el período de transición, donde se demostraba que sólo en las compras por comisiones y en otorgamiento de obras grado a grado, de un presupuesto de más de RD$121,000 millones, al pueblo le «macutean» cerca de quince a RD$20,000 millones, «por las compras directas, sin concursos, con cotizaciones amañadas, nosotros determinamos que se sustraían -se sustrae seguramente- RD$9 mil millones».

Pero en este gobierno del PLD, alegó Alburquerque, ha sido peor, porque se nombraron cinco funcionarios que tenían acusaciones específicas de «malversación» durante la administración 96-2000 y ahora son ministros y contralores.

Y todo esto, en su opinión, refleja que no hay una voluntad política de perseguir la corrupción, a pesar de los reclamos de los organismos internacionales y de Estados Unidos.