El senador demócrata estadounidense Bob Menéndez, acusado por la Fiscalía federal de varios delitos de corrupción en favor de Egipto, se declaró este lunes no culpable del cargo adicional de haber actuado como “agente extranjero” para ese Gobierno.
Menéndez fue acusado el 12 de octubre de ese nuevo delito, que se sumaba a otros relacionados con la aceptación de sobornos junto a su esposa Nadine Arslanian a cambio de usar su influencia política para “proteger y enriquecer a empresarios y beneficiar al Gobierno de Egipto».
“Entre otras acciones, Menéndez suministró información sensible del Gobierno de EE.UU. y dio otros pasos que ayudaron en secreto al Gobierno de Egipto”, indica el texto de la acusación de un gran jurado, publicado en la plataforma del sistema de Justicia de EE.UU.
Menéndez, de 69 años, anteriormente se declaró no culpable de los cargos de soborno y se ha negado a dimitir, por lo que se esperaba que tampoco asumiera culpabilidad en esta nueva acusación.
Su esposa Nadine, y uno de los empresarios implicados en la supuesta trama de sobornos, Wael Hana, ya comparecieron ante el juez la semana pasada y negaron responsabilidades relacionadas con la presunta actuación de Menéndez como agente externo para Egipto.
Tras la nueva imputación, Menéndez, que es de origen cubano, aseguró haber sido “leal solo a un país, los Estados Unidos de América”, y reivindicó su “largo historial de defender los derechos humanos y la democracia en Egipto y de desafiar a los líderes de ese país, incluyendo al presidente El-Sisi en esos asuntos».
Los sobornos que presuntamente recibieron los Menéndez desde al menos 2018 hasta 2022 fueron- dinero en efectivo, oro, pago de una hipoteca, un trabajo en el que se exigía una presencia casi nula para Nadine y un vehículo de marca Mercedes-Benz.
Respecto al dinero en efectivo hallado por las autoridades en su hogar, casi medio millón de dólares en ropa, armarios y una caja fuerte, el senador argumentó el mes pasado que eran ahorros que quería tener a mano, algo aprendido de su familia por temor a la confiscación en Cuba.
El juicio ha sido fijado por el juez para el 6 de mayo de 2024.