Senador EU exige permitir entrada ayuda a Venezuela

Senador EU exige permitir entrada ayuda a Venezuela

El senador estadounidense Marco Rubio visitó ayer las instalaciones donde se acopian los insumos médicos y alimentos que se esperan sean trasladados a Venezuela, y les advirtió a los militares venezolanos que cometerían un “crimen contra la humanidad» si acatan las órdenes del presidente Nicolás Maduro e impiden su ingreso.
Las autoridades, con el apoyo de los militares, bloquearon la semana pasada un puente fronterizo con Colombia para que la ayuda no entre al país. “El que impida la entrada de la ayuda humanitaria está condenado a pasar el resto de su vida huyendo (de) la justicia internacional, porque eso es un crimen internacional», dijo el senador republicano a la prensa cerca del puente fronterizo Simón Bolívar, en territorio colombiano. “Negar la comida y negar la medicina a civiles es un crimen internacional».
La oposición espera
La oposición de Venezuela instaló ayer una decena de campamentos en los que ya aguarda por las ayudas que se almacenan en la ciudad colombiana de Cúcuta, y que necesita el país para paliar la severa crisis humanitaria que, asegura, atraviesa.
Estos campamentos, en los que esta jornada se censaron a miles de personas y clasificaron y descartaron dolencias, son parte de la “punta de lanza” de la estrategia del antichavismo para atender a los más necesitados, según dijo el diputado opositor Winston Flores.
“Es un trabajo esencial para que tengamos esa punta de lanza de lo que será la avalancha humanitaria el 23 de febrero, cuando será la entrada de esa ayuda humanitaria, en masa, que tanto necesitan los venezolanos”, señaló Flores desde uno de estos campamentos, en barrio caraqueño de Macarao.
Enfermedades
También dijo que se pudieron repartir “algunas medicinas” para padecimientos como hipertensión o diabetes, siempre que los pacientes contaran con la respectiva receta médica.
Los primeros datos recogidos en este campamento de Caracas arrojaron que las enfermedades de la piel, diabetes, hipertensión, parkinson, osteoporosis y desnutrición -esta última en niños- son los males que más aquejan a los desposeídos en la capital venezolana.
Según Flores, en los campamentos humanitarios se emplean sin lucro cientos de médicos, psicólogos, nutricionistas y voluntarios de los partidos políticos de oposición, así como parte de los más de 600,000 voluntarios de una red que trabajará en el ingreso de las donaciones.
Con todo, señaló que este esfuerzo se quedó “corto” por la “magnitud de necesidades que hay” en Venezuela, golpeada por una recesión de cinco años y escasez generalizada.
El propio Maduro dijo la semana pasada que los alimentos donados por Estados Unidos son un “regalo podrido” que tienen el “veneno de la humillación”, mientras que su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, aseveró, sin mostrar pruebas, que son “cancerígenos».

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