¡Senador no se mate! su vida es muy útil

¡Senador no se mate! su vida es muy útil

El dinámico senador por la provincia de La Vega declaró que ofrendaría su vida sino se aprueba que Loma Miranda sea un Parque Nacional, de manera que coloca a sus colegas contra la pared, para con ese chantaje presionar por una resolución a que esa reserva forestal y minera se conserve como tal en su estado virginal.

El alegato del senador vegano es que el único arroyo que recoge sus aguas en la cuenca de Miranda, el Jagüey, con un caudal que no llega ni a medio metro cúbico por segundo, es esencial para los extensos arrozales del valle de La Vega y de Sabana Rey en la provincia Duarte, y sin acordarse de que sus escasas aguas van a parar al río Camú, que no tiene influencia en la presa de Rincón, ni mucho menos en la de Hatillo.

La presa de Rincón, construida para represar las aguas del río Jima con el fin de regularla y tenerla disponible para el riego de las fértiles tierras arroceras y plataneras, se nutre del río Yuna mediante un canal de trasvase con su toma de agua debajo de Los Quemados en Bonao, para llevarla hasta el Jima, de manera que se le añaden unos 3,5 metros cúbicos por segundo, con lo que se garantiza una regulación que contribuye a mantener un régimen de riego muy estable y necesario para la prosperidad de toda la zona de Fantino, Jima Abajo, Ranchito y Sabana Rey.

La Loma de Miranda no tiene ningún tipo de influencia hídrica sobre la presa de Rincón, ya que la cuenca de influencia de la presa la integran, aparte del río Jima, por el río Jayaco y eventualmente por Jatubey en tiempo de lluvias; su principal objetivo, cuando se construyó, fue regular el agua para riego y aportar suficiente líquido para el abastecimiento de San Francisco de Macorís y tener instalada una hidroeléctrica con capacidad para producir unos 10 mil kilos en las horas pico.

Con relación a las virtudes de Loma Miranda, en cuanto a su supuesta enorme capacidad hídrica, se ha estado desinformando al país, y ya esas mentiras han adquirido patentes de verdades absolutas por boca de los ecologistas, pero al menos ya desistieron de las famosas 200 fuentes de agua que ya no existen y apenas son dos o tres pequeños arroyos, por los que el senador de La Vega no debe atentar contra su vida, la cual es indispensable en el hemiciclo senatorial donde siempre lleva una voz responsable en las discusiones de los proyectos de leyes sobre los temas de interés nacional.

Además, el ing. Sánchez se muestra muy crítico hacia su partido en ocasiones que se les van de las manos el inmenso control político que ya tienen sobre el país, brotándoles su ínfulas dictatoriales de nuestra raza para imponer sus criterios, basados en su estrategia de convertir a sus más destacados miembros como integrantes de una poderosa corporación económica.

El ing. Sánchez no se deja narigonear por nadie, y al ser tan radical en su posición con la protección de Loma Miranda, se ha dejado envolver en un criterio muy peculiar acerca del medio ambiente y su pléyade de defensores, que extraídos de una izquierda ya desaparecida, han encontrado el refugio de las causas ecologistas para continuar lanzando sus teorías y posiciones frustratorias adversas al desarrollo, pretendiendo que el país, por temor a lo que digan, se mantenga en conservas para cuando de nuevo les llegue su oportunidad de imponer su revolución marxista.

Los senadores han estado actuando muy hábilmente con este expediente de Loma Miranda, que ahora se relegará a un segundo plano frente ala peligrosa crisis originada por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, que ha desatado todos los demonios, sacando a relucir las pasiones que antes se discutían en el seno de los hogares o en peñas íntimas acerca de nuestras posiciones con relación al tratamiento de las relaciones con Haití, que está desbordado por la enorme presencia de sus nacionales en el país.

 

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