POR PEDRO GERMOSEN
Varios senadores defendieron ayer la independencia del Congreso Nacional como poder del Estado, pero algunos admitieron que, como planteó el diputado Pelegrín Castillo, las cámaras legislativas, en determinadas coyunturas, acogen las posiciones de los partidos, del Gobierno y hasta de ciertas embajadas extranjeras.

Sobre el tema puesto en la picota por Castillo, reaccionaron los senadores José Tomás Pérez, del Distrito Nacional; Vicente Castillo, de Peravia; César Matías, de Valverde, y Ramiro Espino, de Samaná.

Pérez consideró normal que todos los sectores expongan sus opiniones en el Congreso y significó que los empresarios lo hacen frecuentemente.

«El Congreso siempre debe tener la libertad que necesita para actuar, pero veo como normal la participación de otros sectores y ojalá que venga todo el mundo a reclamar sus derechos», expresó el legislador del gobierno Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

«Definitivamente, hay decisiones que se toman sobre esa base», respondió Pérez cuando se le preguntó si el Gobierno, los partidos y embajadas extranjeras influyen en las decisiones del Congreso.

Por su lado, el senador Castillo dijo que se acepten directrices de las organizaciones políticas no sería pecaminoso ni injerencia, puesto que, sostuvo, los senadores y diputados pertenecen a los partidos.

«Ahora, recibirlas de embajadas creo que eso no debe ser, eso es pecaminoso, es peligroso y constituye una injerencia en los asuntos internos», expresó el representante de Peravia.

Respecto a la solicitud de la embajada de los Estados Unidos para que el Congreso excluya el impuesto del 25 por ciento al jarabe de maíz, el senador Castillo, dijo:

«Algunos la acatarán; otros, no. Yo no la acato. Ésa es una intromisión que debe ser censurada por todos los estamentos legales.»

Sobre el particular, Matías consideró que Pelegrín hace una valoración poco inteligente sobre el papel de los legisladores respecto al Gobierno, los partidos y las sedes diplomáticas acreditadas aquí.

Expresó que es incierto que algún legislador responda a los dictámenes de algunas embajadas y significó que, particularmente, su proposición para que se preserve el Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos la hace de la mejor buena fe.

Por su lado, el senador Espino manifestó que la afirmación del diputado Castillo es cierta en un 80 por ciento.

«Hay senadores que se acogen, a veces en su totalidad, a lo que dice un gobierno, el partido y a veces a lo que dice una embajada, que no es mi caso», significó.

Manifestó que en países como la República Dominicana a veces el Poder Ejecutivo «se traga» a los demás poderes, por lo que hay injerencia casi en todo.»

Consideró que «el Gobierno se deja dirigir por la embajada americana» cuando «da marcha atrás» y acepta la solicitud de que se elimine el citado gravamen al sirop de maíz.

«Si fuera por mí como senador, pese a que en Samaná no existe caña, yo aprobara la reforma fiscal con el impuesto del 25 por ciento al jarabe de maíz», dijo Espino.