El ministro de Hacienda, Simón Lizardo, dijo ayer que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta) significó un reto importante para las finanzas públicas, pero afirmó que el país fue exitoso al rediseñar su sistema tributario para evitar un colapso fiscal, eliminando la dependencia de los impuestos al comercio exterior y sustituyéndolos por impuestos internos como el ITBIS, los selectivos y el Impuesto sobre la Renta.

“Pero en la actualidad y desde hace algunos años, el impacto fiscal del DR-Cafta es marginal”, significó. Al intervenir en la sesión de la Comisión General del Senado, el senador José Rafael Vargas encaró a Lizardo sobre los mecanismos especiales de protección a los productores agropecuarios, sobre todos los dedicados al cultivo del arroz, papa y otros rubros.

Preocupante. El representante de Espaillat dijo que resulta preocupante la situación que enfrentará el sector agropecuario que, según sostuvo, perderá millares de empleos con el desmonte arancelario que establece el DR-Cafta a partir del 2015.

Vargas dijo que le gustaría ver si existe una política integral del Gobierno que proteja los subsectores agropecuarios. Por su lado, el vocero de la bancada peledeísta, José María Sosa, consideró que debe existir un plan “b” para evitar el colapso de esos sectores. El senador Charlie Mariotti también señaló que cuatro iniciativas de ley orientadas a evitar los problemas del DR-Cafta no han sido aprobadas, de lo que responsabilizó al propio Congreso y al Ejecutivo.