Señales de malhumor social abren grietas en idilio con presidenta argentina

Señales de malhumor social abren grietas en idilio con presidenta argentina

BUENOS AIRES, (AFP).- El romance de los argentinos con la presidenta Cristina Kirchner comenzó a mostrar grietas al llegar a los 100 días de su segundo mandato, con señales de malhumor social potenciadas por un impactante accidente ferroviario con 51 muertos, dijeron analistas a la AFP.

La imagen de Kirchner no ha sufrido una baja pronunciada desde que inició su segundo gobierno el 10 de diciembre pasado tras su triunfo electoral con 54% de los votos en octubre, pero según los consultores su popularidad puede resultar dañada si se combina el duelo colectivo por la tragedia ferroviaria con medidas como las alzas de tarifas en los servicios públicos o la persistente inflación.

«Será a medida que la gente comience a percibir el freno de la economía cuando episodios como la tragedia ferroviaria, las denuncias de corrupción y el aumento de las tarifas de los servicios públicos pueden comenzar a influir significativamente en la imagen de la presidenta», aseguró Rosendo Fraga, titular de la consultora Nueva Mayoría, a la AFP.

En similar sintonía, la socióloga y analista Graciela Rommer dijo a la AFP que «en un momento que el clima de malhumor parece aumentar, la alta inflación, las denuncias por corrupción y el reciente accidente ferroviario forman un combo altamente peligroso para la imagen del gobierno».

La principal denuncia de supuesta corrupción involucra al vicepresidente argentino Amado Boudou, acusado de estar vinculado a una empresa que negociaba un contrato con el Estado por 50 millones de dólares.

En medio de la crisis económica internacional, el gobierno eliminó los subsidios generalizados que aplicaba en los servicios públicos, mientras no cede la inflación que en 2011 fue de 9,5%, según cuestionadas mediciones oficiales, aunque consultoras privadas la estimaron en 22,8%.

 La lupa está puesta ahora en un sector de la clase media que contribuyó con buena parte de los 11 millones de votos que logró Kirchner, beneficiada por una bonanza económica con un promedio de crecimiento anual de casi 9% desde 2003, salvo 2009, pero que no tiene una identificación ideológica con su gobierno.

«Del 54% de los votos que logró la presidenta, al menos 20 puntos provienen de una clase media que no tiene identificación ideológica con Kirchner, un sector social que la votó por la situación económica y por las falencias de la oposición», opinó Rommer, a cargo de una consultora de opinión pública.

Para el experto Jorge Giacobbe, «el núcleo central de los votantes kirchneristas está en estado de alerta amarilla» y consideró que esto ocurre cuando esa franja percibe que «comienza a desbordarse la capacidad del gobierno de resolver los problemas», dijo a la AFP.

 Se observa «una caída de ocho puntos en la imagen positiva de la mandataria en los últimos 40 días, que la deja en la banda de los 50 puntos. No estamos frente a un estrépito ni ante una hecatombe, pero hay una percepción de que se entra en una fase de problemas más complejos», indicó.

En ese contexto, el gremio docente CTERA, un firme aliado del gobierno, realizó esta semana el primer paro por aumentos salariales en la era del kirchnerismo, iniciada en 2003, cuya masividad se potenció por dichos de Kirchner, que al fustigar la huelga afirmó que los educadores «tienen tres meses de vacaciones y trabajan cuatro horas por día».

En el plano laboral, la presidenta tiene abierto otro frente de conflicto con Hugo Moyano, el líder de la poderosa central obrera CGT, que abarca a ocho millones de trabajadores y hasta el año pasado uno de los pilares de apoyo al gobierno.

Fraga estimó que para enfrentar las dificultades «el gobierno acentuará su política nacionalista, cuyas dos caras principales son la ‘malvinización’ de su política exterior y la eventual nacionalización de YPF», la petrolera hispano-argentina controlada por la española Repsol.

A menos de un mes del 30 aniversario de la guerra entre Argentina y Gran Bretaña por la posesión de las Islas Malvinas, el gobierno de Kirchner ha intensificado su ofensiva diplomática por la reivindicación de soberanía en el archipiélago, ocupado por Gran Bretaña desde 1833. A la vez, el gobierno de Kirchner mantiene una fuerte disputa con la petrolera YPF, privatizada en los años 90, a la que cuestiona no haber invertido lo suficiente en los últimos años.

 «Hay una alta valoración y confianza en la presidenta. A raíz de situaciones como la tragedia ferroviaria, lo que la sociedad está demandando es que el estado asuma un rol aún más activo en todas las áreas, y el gobierno está activo en este sentido», dijo en cambio la experta Doris Capurro a la AFP.

Capurro admitió que «puede haber un pequeño cambio de clima social» por el accidente de tren ocurrido en febrero pasado en una estación de Buenos Aires que dejó 51 muertos y más de 700 heridos, pero consideró que la popularidad de Cristina Kirchner «sigue siendo muy sólida con una imagen positiva de entre 60 y 64%».

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