Señales de tránsito y letreros que sobran

Señales de tránsito y letreros que sobran

JOSE ANTONIO MARTINEZ ROJAS
Nuestro país está repleto de advertencias y orientaciones que, tanto los conductores como los peatones, no las observan rigurosamente, o las cumplen a medias; violaciones estas a la Ley No. 241 sobre tránsito terrestre que, tanto la Policía Nacional (PN), como la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), no garantizan por apatía o desidia, el cumplimiento eficaz de la ley, dejando mal parados estos dos cuerpos del orden.

Con frecuencia se observa en una esquina a dos agentes de Amet que permiten, que «padres de familias» constituidos por «chóferes del concho» suban pasajeros frente a una señal de «no pasajeros» ocasionando un «tapón» que irrita a los conductores que circulan detrás, quienes observan impotentes como ese aviso es letra muerta.  De igual modo, Tránsito Terrestre en su campaña para ordenar el flujo de vehículos ha dispuesto que un sinnúmero de calles, algunas muy angostas, las declaran de UNA VÍA, en muchos casos se le adiciona, no estacione, o no estacione de este lado. Hemos observado a conductores desaprensivos, cuando se les indica que la calle es de una vía, hacer un gesto impúdico o simplemente decir, y a usted que le importa.

Los avisos de pare, escuela reduzca velocidad, velocidad máxima, no doble a la izquierda o derecha, no rebase o abrochese el cinturón, se cumplen a medias en las ciudades principales, ya que en pueblos del interior o en carretera, dichas señales son un adorno más y un aparente gasto superfluo de las autoridades.

En la esquina sur del Palacio Nacional, en la calle Moisés García hay un letrero inmenso que reza: Zona residencial, prohibido el paso de vehículos públicos. Este aviso parece que lo pusieron de maldad para burlarse de lo residentes, ya que el flujo de las «guaguas voladoras», camiones y autobuses públicos es tal, que los policías que de vez en cuando destacan en la esquina para el cortejo presidencial, deben de ser analfabetos o miopes, porque ignoran el mismo.  Letreros similares se encuentran diseminados por otras calles de Gascue y tienen una efectividad similar a la que hemos descrito.

En las pocas «autopistas» que tenemos, las cuales preferimos denominar carreteras de cuatro carriles, los conductores utilizan indistintamente ambas sendas, no percatándose por ignorancia de la ley, que el carril izquierdo es sólo para rebasar, por lo tanto, los vehículos lentos deben ir por el derecho. Ahora bien, en esas carreteras, el aviso más violado es el que dice: Vehículos pesados carril derecho. Aquí la nota curiosa es que los autobuses creen que esa señal es sólo para los camiones. Las compañías de autobuses -citaremos solo las principales- Metro, Terrabus, Caribe Tours, Aetra, Tarea y Espinal, deberían instruir a sus conductores para que no circulen como lo hacen por el carril izquierdo. La P.N. tampoco debe saber que se debe circular por el carril derecho, ya que la hemos visto, con sus faroles multicolores transitando por el carril de rebase.

No sabemos de quien ha sido la tonta idea de poner el siguiente aviso en los túneles y los elevados: No motores, carretas, camiones o autobuses por los elevados y los túneles.  Hemos visto en múltiples ocasiones motocicletas utilizando tanto los túneles como los elevados y estricto senso, no están violando la ley, ya que no motores, debe aludir a los motores estacionarios, ya que los otros son motocicletas y por nombre abreviado motos.

En los países civilizados, el que se estaciona en un espacio destinado a impedidos, marcado con una silla de ruedas, puede ser objeto de una fuerte multa o de tener que asistir a cursillos de instrucción sobre derechos ciudadanos. Aquí, ese símbolo pintado en el pavimento, es otro de los adornos que se ponen para distraer la vista.

Después de analizar la gama de señales, avisos y otras indicaciones de circulación vial, hemos llegado a la conclusión que la única que se observa a unanimidad es aquella que dice: Fin de velocidad reducida. ¿Por qué? Porque simplemente, nadie le hace caso.

Estamos en plena jungla, en donde la preferencia no la tiene el que lo  ampara la ley, sino aquel que conduce el vehículo más grande, es por eso que los camiones plataforma o patanas, son los reyes del asfalto.

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