En RD es común ser progresista y demócrata cuando se está abajo
Es notorio como desde su misma fundación, en esta República el poder político ha durado más en manos conservadoras que en liberales.
La concepción de este Estado fue obra de Los Trinitarios, pero termina dominando el escenario político el conservador Pedro Santana. La historia se repite en la guerra restauradora, Luperón pelea, Báez gobierna, tras la gesta de Abril, gobierna Balaguer, no Bosch, y años después el partido de Bosch llega al poder aliado con reformistas, no con perredeístas.
Esto explica porqué estos 177 años de fundación nos encuentran aún, como nación, rezagados en garantía de varios derechos básicos y del acceso mayoritario a los avances logrados.
Recordemos que este es el país que antes de la pandemia exhibía un crecimiento económico envidiable en la región, pero cuya población, según informes de OXFAM, experimentaba ninguna o poca movilidad social.
El dominio del conservadurismo ha estado ligado no solo al caudillismo, sino también a las estructuras político partidarias.
Por eso preocupa el riesgo que se reedite. Lo digo por dos señales que han llamado mi atención, siendo una de ellas reivindicar un 27 de febrero, en el marco de una rendición de cuentas, en una Asamblea Nacional, la construcción de un muro fronterizo con Haití.
Ya luego el canciller y otros funcionarios han explicado que más que un muro, se trata de una verja perimetral, y, hay que decirlo, es correcta, válida y legítima la decisión de organizar el trasiego de personas y mercancías en la frontera, algo que a nivel de migración beneficiará a RD, pero que, a nivel comercial, favorecerá a Haití.
Pero, insisto, existiendo tantos temas de interés para la población dominicana, dedicar tiempo y espacio a ese, en ese lugar y momento ¿No será acaso un coqueteo, un guiño de un mandatario joven, de un partido nuevo, a sectores viejos, conservadores y antiderechos?
La pregunta cobra sentido cuando se adiciona lo planteado en mi artículo anterior de cómo ese partido reniega la promesa, en su programa de gobierno, de apoyo a las tres causales, complaciendo así una obsesión de los conservadores con los úteros y cuerpos de las mujeres, que no se corresponde con la atención y cuidado a esos presuntos fetos cuando son niños y sufren carencias.
El PRM tiene a su favor que entendió la necesidad de incorporar mujeres y jóvenes a su dirección, algo que no hizo su opositor PLD que mantuvo a las mujeres en minoría en su Comité Político y ahora osa hablar de renovación eligiendo un presidente sexagenario, que acaba de tener ocho años de poder.
De modo pues que estemos atentos, porque en esta magnífica república es común ser progresista y demócrata cuando se está abajo, pero girar raudo y veloz al conservadurismo, desde que se degustan las mieles del poder.