PABLO YERMENOS FORASTIERI
El Seguro Nacional de Salud -SENASA- es la Administradora de Riesgos de Salud del Estado dominicano, cuya ganancia es la preservación y el restablecimiento de la salud de los más pobres de la República Dominicana.

Con una población asegurada a la fecha de unas 550 mil personas que ya reciben atenciones oportunas y de calidad, continúa su proceso de ampliación y fortalecimiento, esperando alcanzar para fines de 2007 una cobertura de 800 mil ciudadanos dominicanos liberados de la indignidad de los famosos “operativos médicos”, las colectas públicas o las dádivas de pudientes para tranquilizar conciencias.

Así como este régimen Subsidiado del modelo de Seguridad Social que puja por abrirse camino en el país determina diferencias con relación a los demás componentes del sistema y las ARS privadas, así también de distintos habrán de ser los usuarios del mismo. Resulta que las minorías dominantes en este país han estimado siempre que los pobres no son capaces de más nada que no sea enriquecerles con su fuerza laboral mal retribuida y cargar con sus miserias como un designio divino. Nada más alejado de la realidad.

Las personas humildes tienen sentimientos, admiran la belleza, aprecian lo bueno, distinguen los comportamientos, aman su familia, sufren sus limitaciones, desprecian las injusticias, conservan sus tradiciones, respetan sus valores morales, les lastiman las desigualdades, son disciplinados y asumen conductas y actitudes positivas una vez advierten las acciones encaminadas en su beneficio son hechas con seriedad preservando su dignidad y su decoro.

Estas son entonces las cualidades que deben ser rescatadas, estimuladas, trabajadas y puestas al servicio de la prevención y cuidado de su salud. La oportunidad de hacerlo les ha llegado a través del SENASA, el que a su vez deberá educarles médica y popularmente en la responsabilidad, racionalidad, el aprecio y cuidado de los servicios, fomentando al mismo tiempo su capacidad crítica de manera consciente hacia las prestaciones que reciben con todo derecho.

El Seguro Nacional de Salud es una conquista de inestimable alcance social que debe ampliarse todo cuanto sea posible y desde luego hacerse definitivamente irreversible.

Apreciamos que junto a la erradicación de la poliomelitis y el programa nacional de control de la lepra constituyen los tres grandes acontecimientos sanitarios en nuestro país en los últimos 50 años.