Sencillamente insólito

Sencillamente insólito

Un viejo y muy querido amigo adicto a la lengua española constantemente me decía que el adjetivo inaudito debería acentuarse en la «a», para calificar con la debida energía los casos insólitos e increíbles que con pasmosa naturalidad ocurren a diario en nuestro país, tanto en el sector público como en el privado, como el caso que me propongo relatar en esta entrega, luego de un breve prólogo.

Desde que ingresé a la hermandad de los octogenarios, ya nada me sorprende de las cosas que suceden en el país de mis amores, por más inverosímiles que estas sean, y vean, como dicen nuestros astutos campesinos, que razón tengo. Un osado senador del PRD, denuncia determinadas «indelicadezas», por lo que le solicita a sus colegas del Senado autorizar una auditoría a la Cámara de Cuentas, por la sospecha de «travesuras» en el manejo de los fondos asignados a dicha institución, pedido rechazado sin apelación por sus compañeros de Hemiciclo, y, no obstante la motivada acusación, estos conspicuos caballeros ratificaron a los miembros de la Cámara bajo sospecha, para que continuaran por cuatro años más ejerciendo esas funciones aireadas de dudosas acusaciones, y el senador «solitario», en su soledad clamara en el vacío. Tampoco me sorprendió lo que dijo un influyente personaje de este gobierno, cuando se expresó que considera «típicas» las invasiones de las tierras del Estado «HOY» 16-06-04, (bárbaro! y acabadita de sacar de la concha tenemos esa hermosa perla. Un alto funcionario de los dueños y co-dueño de las famosas Edenorte y Edesur y la AES, acusa a varias entidades de no pagar la energía eléctrica y de construcciones fraudulentas, «HOY» 21-06-04. (Oh!, y para denunciar solamente es que le paga a este honorable señor. Lo correcto sería ordenar como normalmente se hace con los usuarios de Ciudad Nueva, San Carlos, Villa Francisca, Gazcue, y demás barriadas, que si no pagan a tiempo le cortan la luz de inmediato y le aplican el artículo 14 del contrato que aparece al dorso de la factura. Pero la cultura de amagar y no dar se aplica al primer grupo.

En mi segunda juventud, por largos años trabajé en una compañía aseguradora, primero como representante (intermediario) y luego pasé al elenco administrativo hasta el momento de mi retiro, por lo que hace más de una década que estoy en «paro», como llaman los iberos a los desempleados.

Cuando la banca comercial irrumpieron en el mercado de los seguros, era lógico pensar que esa avasalladora fuerza económica iba a capturar ese negocio tan productivo y pocas tenues voces de alarma se escucharon en aquel entonces. Hoy, las principales compañías aseguradores se cobijan bajo el manto del sistema bancario y al colapsar tres importantes bancos, se llevaron de encuentro compañías aseguradoras de gran primacía.

Mis actividades en este negocio se fueron desvaneciendo con los años, y de aquella cautivante época solo me queda el recuerdo de dos casos familiares, que el PAB (producto anual bruto), no cubre el costo de la mitad de la canasta familiar, ni el salario mínimo de dos meses y dolarizado ni cien al año, datos importantes para establecer la improcedencia de una disposición que considero carente de ética.

Cuando en marzo de este año fui retirar el cheque por concepto de las comisiones de esos dos casos, el «cheque» no había llegado al departamento, hecho que se repitió en abril y mayo. Intrigado por esta «ocurrencia» que nunca había ocurrido, después de determinadas indagatorias, (sorpresa! me informaron que tenía que abrir una cuenta para depositarme esa «fabulosa» suma, para girar sobre la misma, es sí, «sin costo alguno para el intermediario. Tanto desprendimiento me hizo recordar el «gancho» del que tanto me hablaba el querido e inolvidable amigo doctor Antonio Zaglul.

Para abrir una cuenta corriente el mínimo exigido es dos mil pesos, pero… se tiene que mantener un balance mínimo de cinco mil pesos, cantidad a la que no llega el PAB, por lo que habría que pagar setenticinco pesitos por manejo, punto y seguimos. Se debe comprar un mínimo seis talonarios de cheques por un valor de $390.00 por lo que una chequera cuesta $65.00, y emitir un cheque $2.60. Como el comercio no acepta cheques personales, el intermediario tendría que ir personalmente o mandar a una persona una sucursal para una operación de retiro, perder una mañana gastar en gasolina si tiene carro, o coger un concho con media nalga sobre el asiento, expuesto a que lo cartereen, y si tiene suerte subirse a una guagua de la OMSA a escuchar la «cajeta» que le dan a la gente del PPH y las maldiciones al gobierno por los apagones y el alto costo de la vida.

En verdad que no me explico la razón de esta nueva política de la compañía en cuestión, al menos que tenga algún «agujerito» que quiera tapar con los depósitos de los intermediarios o fortalecer en encaje legal. Todo es posible.

Como no pienso darle mente a esta insólita medida, oficialmente no enteraré a la superintendencia que poco o nada hará en este sentido. Tampoco se me ha ocurrido leer la nueva Ley No.146-02 de Seguros Privados y Fianzas, para no perder tiempo, porque mi empeño es llevar el mensaje de que no solo el Gobierno comete iniquidades, sino también el sector empresarial que siempre hala para su banda. Que Dios los acoja a todos en su santo seno. Amén.

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