MARIEN ARISTY CAPITÁN
Cuando era pequeña no me gustaba perder. Tampoco quedar mal. Por ello, mientras fui creciendo, fui haciéndome adicta al arte de la justificación.

Al verle a él, hablando de un gobierno pasado para justificar  nuestros males pasados y presentes, no pude más que recordar aquellos días en los que me costaba tanto admitir que había hecho algo mal.

A casi cuatro años de iniciado el presente mandato constitucional, es sorprendente escuchar al presidente Leonel Fernández hablando del gobierno pasado. Pero, ¿es que él no ha reparado en que ese gobierno, a estas alturas, es el que está haciendo?

Independientemente de que vuelva o no a sentarse en el solio presidencial, el mandatario ya no puede excusarse hablando de lo mal que lo  hicieron los demás: ha llegado el momento en que pasemos balance a ésta, su gestión, que está al punto de terminar.

Sé que es difícil pero ahora lo que corresponde es que los peledeístas reconozcan los errores propios. Basta de promesas, de vanos enunciados y, sobre todo, de acusaciones que no nos sirven más que para asquearnos.

Si no quedamos muy conformes con el gobierno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el Presidente debe tener presente que cuando nosotros pensamos en el último gobierno ya no recordamos a Hipólito Mejía: pensamos en estos cuatro años, los que transcurren, porque ellos son la medida perfecta para imaginar cómo podrían ser sus próximos cuatro años.

Por eso, nos impresiona ver que el Presidente ha dicho que aparecerán recursos para invertir en mucho más que el Metro de Santo Domingo (que se alzará majestuoso sobre nosotros a juzgar por el comercial que proyecta la OPRET). Basta esperar que, de ganar, no se le olvide todo lo demás.