El conductor que no ha llegado desde la zona norte del país hasta Santo Domingo entre las 6:45 y 8:30 a.m. no conoce lo que significa “un peine en cabello malo”. Sin exagerar porque lo hemos comprobado, entre esas tempranas horas de la mañana, la cola o el tapón automovilístico llega muy cerca del Km. 22 de la autopista Duarte, en donde se agrava con la salida del parque industrial que se encuentra en esa zona.
Se ha buscado infructuosamente una salida factible al problema. Para esos fines, la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), ha colocado unos conos plásticos unidos por un cordel, para evitar el traspaso de los vehículos de un carril al otro, ocasionando un verdadero caos en el tránsito. Este medida, tomada desde el último elevado situado después de la entrada de Manoguayabo; si bien organiza un tanto el tránsito continuo, crea un cuello de botella en el desvío hacia la avenida Luperón.
El Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) le sugirió al presidente Medina, la construcción de un teleférico similar al ya existente sobre el río Isabela y que va desde La Barquita-Los Tres Brazos-Sabana Perdida-Charles De Gaulle terminando en la estación del Metro Eduardo Brito en Gualey. Ese modo de transporte, si bien ha solucionado precariamente el transporte a más de 285,000 personas, tiene el inconveniente que las cabinas apenas tienen cupo para diez personas. Además, en varias ocasiones, por inclemencia del tiempo (fuertes aguaceros y vientos), el servicio ha debido ser suspendido. En otras ocasiones, la interrupción ha sido por motivo de corte del fluido eléctrico. En otras palabras, no obstante las cabinas se desplazan a un intervalo de un minuto, apenas movilizan en el mejor de los casos, unas 600 personas; equivalentes a tres vagones del Metro.
Para la construcción del nuevo “teleférico” que se ubica en la entrada opuesta a Pantoja, no se tuvo en cuenta que la población de Los Alcarrizos y sus zonas aledañas, casi duplica la del primer teleférico, con lo cual, se agudizaría el problema al querer abordar esa magnitud de viandantes, especialmente en horas pico.
A nuestro entender, el Metro Los Alcarrizos-Km.9-Autopista Duarte, sería la solución idónea para transportar más de 300,000 ciudadanos que se desplazan para llegar a sus puestos de trabajo en la capital. El Metro podría iniciarse de manera elevada, tal y como se hizo en la Línea 1 y al llegar al parquecito donde se venden “los mueblecitos”, soterrarla hasta empalmar con la Estación María Montez en la avenida Luperón.
Cuando muchas personas se oponían al Metro, nosotros que cuando vamos al extranjero en las ciudades donde existen es nuestro medio de transporte, apoyamos su construcción. Desgraciadamente los constructores no tuvieron la visión del Dr. Balaguer cuando construyó las avenidas 27 de Febrero y Luperón y pensaron solo en tres vagones de 176 personas, lo cual en la actualidad, los mismos han sido desbordados por la enorme cantidad de usuarios, especialmente en horas de la mañana.
Debe ser una tarea inminente del Gobierno, ampliar las estaciones y llevarlas a que las mismas puedan albergar seis vagones, tal y como son las estaciones de Metro en la mayoría de las ciudades que conocemos. Pensar en chiquito puede ser muy perjudicial. Recordemos que el profesor Juan Bosch tildó de suntuaria la avenida Luperón. Qué sería de la capital si no contara con las avenidas “suntuarias” John F. Kennedy, Núñez de Cáceres, 27 de Febrero, que en lugar de diez carriles debió haberse construido de 14, ya que cuando se inició la misma, esa zona era despoblada y ahora con los túneles su circulación es muy densa.
Nuestra Capital ronda ya los cuatro millones de habitantes, con un transporte urbano muy deficiente, constituido por carros “de concho” verdaderas antiguallas, verdaderos culpables de los taponamientos. Se debe continuar la Línea 1 del metro desde la Feria, hasta el Km.13 en la entrada del Puerto de Haina y en la zona Oriental, llevarlo hasta San Isidro pasando por San Luis. Ahora que establecimos relaciones con la República Popular China, ese país es un excelente constructor de trenes y de líneas subterráneas. Aprovechemos al máximo estos nexos, con la seguridad de que las obras serán menos costosas que las de Odebrecht y de seguro no tendrán un lobista como Rondón para encarecer las obras. Señor presidente, un consejo de un ciudadano preocupado: deseche el proyecto del teleférico y construya el metro, la ciudadanía lo recordará y además, los residentes en esa zona podrán viajar a sus trabajos en el Metro lo que significara un gran descongestionamiento del tránsito en la autopista Duarte.