Sensatez

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Con la devolución hacia el Congreso del proyecto de Código Penal, el Presidente Leonel Fernández reafirma su vocación por la equidad en el ejercicio del poder. Ciertos aspectos de ese código relacionados con la práctica médica habían sido objetados vigorosamente por el Colegio Médico Dominicano y la Asociación Nacional de Clínicas Privadas, por entender que en determinadas circunstancias colocaría al margen de la ley el ejercicio de la medicina.

Se consideraba, según estas organizaciones, que contemplaba sanciones injustificadamente extremistas aún en circunstancias en que la acción del médico procurara salvar vidas.

II

Por regla general, las leyes penales lo que castigan es la afectación de intereses de terceros o de la sociedad por comisión o por omisión.

Por eso se establecen franjas en las cuales el peso de la ley se mueve en un sentido o en otro empujado por las evidencias o falta de éstas, y por las circunstancias, sean éstas atenuantes o agravantes.

En el Código Penal devuelto por el Presidente, hasta los efectos secundarios de una medicina podría colocar al médico que la haya recetado en el banquillo de los acusados, aún cuando su receta tuviera como intención y destino el salvar la vida del paciente.

Lo mismo se contempla, en ese código, en el caso de ciertas prácticas muy controversiales, relacionadas con la reproducción de la vida.

Hasta demostración en contrario, las sanciones contempladas en el nuevo Código Penal obligarían a quienes ejercen la medicina a desistir de brindar determinados tipos de auxilio a pacientes en dificultades, todo para librarse de ser pasibles de castigo no necesariamente justo.

III

Lo que denota la actitud del Presidente, al proponer al Congreso una revisión cuidadosa del Código Penal, es que se coloca en el justo centro de los intereses de la sociedad para tratar de que los actos de poder sean lo más justo posible.

Si se pasara por alto las observaciones y objeciones de una parte de la sociedad, en este caso los médicos y los dueños de clínicas, probablemente se crearían situaciones indeseables que pueden ser evitadas si se actúa como ha actuado el Presidente.

Los legisladores tienen ahora la oportunidad de elaborar un Código Penal que refleje el interés por aplicar una sana justicia, que sea un ente de equilibrio sin debilidades ni excesos y que se coloque por encima de cualquier interés particular.

Se requiere que el Código Penal resultante de la revisión sea una pieza de resguardo para los intereses de la sociedad, que pueda perdurar sin ser, como el código devuelto, vulnerable a las objeciones razonables y atendibles. El país ganará mucho si la actitud sensata del Presidente encuentra eco entre los legisladores.

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