Sensibilidad dental, un mal muy común

Sensibilidad dental, un mal muy  común

El exceso de ingesta de frutas cítricas, aumenta las probabilidades de padecer de hipersensibilidad dentinaria comúnmente conocida como sensibilidad dental.
Cada día más jóvenes y adultos de ambos sexos padecen de este mal; hábitos alimenticios incorrectos, cepillado oral fuerte, combinado con un cepillo inadecuado de hebras duras y no redondeadas, son las principales causas de abrasión. Así como el uso de productos para blanqueamiento dental sin supervisión profesional.
La dentina en condiciones normales está cubierta, ya sea por esmalte, cemento o encía. En su interior se albergan minúsculos túbulos dentarios que al estar expuestos al exterior provocan la sensibilidad dental.
Los síntomas de la hipersensibilidad dentaria son: un dolor fuerte, localizado que responde a un estímulo, el cual puede ser: cambios térmicos, alimentos dulces y ácidos, corriente de aire, entre otros.
Enfermedades sistémicas como la anorexia, bulimia, úlceras estomacales y algunas profesiones, como los panaderos y catadores de vinos, ya sea por sus hábitos alimenticios u obligaciones en el trabajo, guardan una relación muy estrecha con la sensibilidad dental.
Definitivamente el afán de lucir una figura delgada y la realización de dietas alimenticias sin el control de un nutricionista, ha incrementado en los últimos años la aparición de la hipersensibilidad dentinaria.
La prevención juega un rol importantísimo en esta afección; alimentación sana y equilibrada, cepillo dental de hebras suaves y redondeadas, pasta dental no abrasiva, aplicación de fuerzas controladas en el cepillado, son algunas de las medidas que previenen la abrasión de los tejidos dentales.
Ya establecida la sensibilidad, una parte del tratamiento se realiza en el consultorio dental y en el hogar el paciente puede darle seguimiento. La técnica del cepillado debe ser la correcta y según las instrucciones del profesional de la salud oral, en cuanto al cepillado, tipo de pasta dental y enjuague a utilizar así como el cepillo.
En la consulta, el odontólogo sellará los conductos dentinarios, aislando así la dentina del exterior. El paciente con sensibilidad puede caer en el error de descuidar su rutina de higiene oral, ya que en ocasiones durante esta, la sensibilidad aumenta.
Esta medida nunca debe ser tomada, pues lo único que se logra es complicar el cuadro, apareciendo en ocasiones problemas periodontales y caries dental agravándose así la situación.
De ser necesario utilice agua tibia o a temperatura ambiente en su proceso de higiene oral.
Recuerde, la lucha contra la sensibilidad dental es una batalla de día a día, donde la actitud del paciente y sus hábitos son sumamente importantes.

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