Sensible pérdida

Sensible pérdida

A quien más debe dolerle el cierre de Clave es al Gobierno Dominicano. Ustedes saben, puesto que se lo he dicho muchas veces, que soy poco afecto a la lectura digital. Poco o nada conocía de la edición diaria servida por vía del Internet. En cambio, solía leer letra por letra, cada ejemplar del semanario impreso. Llegaba a mis manos muy irregularmente, pero admiré siempre el contenido de estas ediciones. Es de presumir, por consiguiente, que somos los lectores, ocasionales o regulares de Clave, quienes lamentaremos su ausencia.

Más no pensemos en el dolor de los lectores. Es al Gobierno Dominicano al que debe inquietarle la suspensión. Para comenzar, se pierden cientos de empleos directos e indirectos en un año de promesas de más plazas laborales. Hace mutis una expresión de la opinión pública que quizá no halló confesos devotos en el tren administrativo. Debió tenerlos, empero, porque las expresiones críticas, cuando el propósito de gobierno es el bien común, coadyuvan a solucionar problemas.

De todas maneras, conforme ha confesado Fausto Rosario Adames, el cierre es determinado por razones económicas. Fausto ha recordado la crisis económica mundial y los efectos de ésta sobre la prensa escrita. Cerraron en el mundo, ha dicho, ciento sesenta y seis diarios, algunos de larga tradición. Clave, conforme a su enfoque, es el ciento sesenta y siete. La historia del cierre, por consiguiente, no está contaminada por persecuciones.

Sin embargo (en el país siempre hay un pero), al parecer, Fausto ha recibido una llamada telefónica. Pura coincidencia. La llamada ha precedido, por unas horas, al cierre de la publicación. Lo inopinado del anuncio del cierre, además, ha sido mezclado por sectores de la opinión pública con el asesinato de un militar que era médico. Vincho Castillo se niega al menjurje del crimen con el resto de la historia. El tema, no obstante, se olisquea en el ambiente. Al reburujar una y otra de tales informaciones –las reales que exponen una verdad y las falsas que ruedan por doquier- se complica el panorama.

De todo este menjurje informativo deriva la necesidad de ofrecerle un mensaje de solidaridad a Fausto. Y a Clave. Y al equipo de Clave. No porque lo requieran, puesto que Clave ha cerrado debido a razones económicas. Pero conviene externar el mensaje, por si acaso. Y es, debido a cuanto se ha tejido soterradamente alrededor del tema y no por cuanto se haya dicho abiertamente, que al Gobierno Dominicano debe dolerle este cierre de Clave.

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