Hoy 
Las delegaciones de Haití y otras naciones ante el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU han emitido una especie de sentencia de absolución en beneficio de la República Dominicana, para enmendar la ligereza en que ha incurrido ese organismo al emitir un informe que acusa a nuestro país de discriminación racial contra los haitianos. Una imputación de esa catadura solo puede nacer del desconocimiento de la realidad de las relaciones entre haitianos y dominicanos.
No se trata ya de que la República Dominicana merezca reconocimiento por su papel solidario ante la tragedia provocada en Haití por el terremoto del 12 de enero. Es de larga data que nuestro país ha sido el refugio de los haitianos que huyen de la extrema pobreza de su país. Por décadas, nuestro país ha invertido altas sumas de dinero para dispensar atención médica a miles de haitianos y haitianas que ingresan a nuestro territorio en busca de salud.
No hay manera de entender cómo un organismo de la ONU puede confundir con racismo el ejercicio de soberanía implícito en nuestra respuesta a la inmigración ilegal de toda nacionalidad, pero que es abrumadoramente mayoritaria en el caso de los haitianos. Menos mal que Haití conoce muy bien la solidaridad dominicana. Su defensa nos absuelve.
Fruto de nuestra mejor cosecha
La calidad de los procedimientos clínicos del Centro Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencia Médicas y Telemedicina (Cedimat) es conocida desde hace mucho tiempo. Ahora, ese reconocimiento es apuntalado con dimensión internacional por el Centro Medtronic, de Minnesota, Estados Unidos, que certifica a Cedimat como el cuarto centro médico en América Latina y el primero en el Caribe para realizar operaciones y reemplazo de válvulas a pacientes con la vena aorta prácticamente cerrada.
La certificación se emite a partir de una supervisión crítica del procedimiento médico que Cedimat practica a pacientes con vena aorta prácticamente obstruida, un padecimiento que no tiene otra forma efectiva de tratamiento. Pacientes prácticamente desahuciados han vuelto a la vida normal tras este tratamiento. Cedimat es, pues, uno de los frutos de nuestra buena cosecha en avance clínico.
