Sentencia TC y el aborto trazaron la raya de Pizarro

Sentencia TC y el aborto trazaron la raya de Pizarro

La histórica sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional y la observación del Poder Ejecutivo al Código Penal, han producido los debates más intensos en los últimos tiempos, pero también han permitido establecer “la raya de Pizarro” entre los dominicanos que aman su patria, defienden el derecho a la vida de todos, madres y fetos, mientras del otro lado están los que trabajan en base a los designios de intereses foráneos que pretenden el país cargue con el Estado fallido, también quieren imponer la cultura de la muerte.

Hace décadas el país sufre las presiones de ONG y organismos internacionales que pretendían el país no deportara a los inmigrantes ilegales de Haití, con el firme propósito de que la República asuma el peso de la tragedia haitiana y así la comunidad internacional escabullir sus responsabilidades.

Luego de la histórica sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional los cañones enfilaron con más fe con el tema de la desnacionalización y la apatridia, todo con el objetivo de torcerle el brazo a la institucionalidad del país y el punto extremo de esa posición fue la aberrante sentencia de la CIDH que osó exigirle al país que modificara su Constitución para permitir que los hijos de ilegales automáticamente recibieran la nacionalidad dominicana, cuestión imposible desde las constituciones a partir de 1929.

El Poder Ejecutivo y el Congreso fueron ampliamente flexibles y promulgaron la Ley 169-14, mediante la cual los residentes ilegales pueden regularizar su estatus y los nacidos de padres indocumentados al regularizar su situación pueden acceder a la nacionalidad mediante una vía expedita en un plazo de dos años. Aun con esta flexibilidad, los grupos conspiradores contra el país no están satisfechos porque de lo que se trata es que regalemos la nacionalidad a todos los indocumentados y eso sería una invitación a la entrada masiva de ilegales y la haitianización del país.

En el caso de las sentencias, el país se ha dividido entre una mayoría conteste con la preservación de la soberanía y un grupo minoritario que actúa en coordinación con ciertos organismos internacionales y las ONG financiadas por el USAID. Del primer sector el Dr. Leonel Fernández con sus artículos, declaraciones y la conferencia en la Cátedra de la OEA, encarna la defensa de la soberanía, pero dentro de ese grupo se destaca la mayoría de la dirigencia del PLD, el Ing. Miguel Vargas Maldonado, Federico Antún, Ito Bisonó, entre otros líderes del PRSC, y una serie de prestantes abogados. Del otro lado han llevado la voz cantante contra el país Hipólito Mejía, Luis Abinader, prácticamente la totalidad de los miembros del PRM, salvo honrosas excepciones; Max Puig, el equipo mediático del PPH (ahora del PRM versión Abinader), organizaciones como Participación Ciudadana, Centro Bonó, multitud de minúsculas ONG financiadas por los Estados Unidos, algunos medios escritos y uno digital que recibió fondos también del USAID.

El aborto fue el mayor debate en la discusión de la reforma constitucional en 2010 y los legisladores fueron contundentes cuando aprobaron el Art. 37, que establece: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción a la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”. Con la observación del Poder Ejecutivo a la reforma del Código Penal se revivió el debate y envalentonó a los que aspiran a una liberalización del aborto violentando ese Artículo 37. Ganaron una batalla, pero le corresponderá al Tribunal Constitucional la última palabra.

También en este debate se fracturó el país y de nuevo los mismos actores que pretenden regalemos la nacionalidad a todos los haitianos ilegales, carguemos en toda su magnitud la extrema pobreza y quitemos presión al Estado fallido y a la irresponsable comunidad internacional; son los mismos que pretenden imponernos la cultura de la muerte la aberrante proposición de supuestamente defender los derechos de la madre y eliminar el derecho a la vida del ser humano en formación. En ambos temas ha estado presente el financiamiento de los EU a los grupos pro-aborto y anti-nacionalistas.

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