Sentimiento de traición y pena en ciudad Saddam

Sentimiento de traición y pena en ciudad Saddam

HAWJA, Irak (AFP).- Hawja, ciudad natal de Saddam Hussein, se encontraba este lunes de duelo y sus habitantes hablaban de traición tras la captura del ex dictador por las fuerzas estadounidenses.

«Mire que estoy vestida toda de negro. En cada casa la gente está de duelo pues su detención equivale para nosotros a su muerte», dice Nada Yassin, una madre de familia de 40 años.

«¿Qué será de nosotros ahora que no tenemos protector? Los estadounidenses y algunos iarquíes vendrán para vengarse», agregó al pasar por una calle donde se escuchan desde el interior de las casas versículos del Corán, tal y como se acostumbra cuando hay un muerto.

Pues el lunes por la mañana no cabía la menor duda de lo ocurrido. Es él, todo el mundo lo reconoce.

«Lo vimos en la televisión. Reconocimos su manera de moverse, su voz. No hay nunguna duda. Tenemos que creerlo», reconoció Alaa Nada, nieto del jefe de la tribu a la que pertenece Saddam Hussein, que pudo ver en tres ocasiones a su primo lejano en un palacio de Bagdad, antes de la guerra.

«Es absurdo que se haya entregado sin resistencia», agrega Seif, de 22 años.

«Para nosotros hubo traición. Fue entregado por personas cercanas a él», afirma Jodr Yussef, vendedor de autos de 40 años, de la misma tribu que Saddam Hussein.

«Tenía mucha confianza para dejarse agarrar así», agregó.

«Lo vimos adormilado. Los que lo conocen saben que tenía un sueño muy ligero. Dormía con un ojo abierto. El traidor debió administrarle un somnífero», agregó.

Para los miembros de su tribu, sólo una traición puede explicar su actitud en una región donde la virilidad es una virtud cardinal. Saddam Husein fue capturado en una ratonera y no ofreció resistencia, además propuso negociar presentándose como presidente de la República iraquí.

El coronel de policía, Muetaz Ahmad, de 45 años, comparte ese sentimiento.

«Lo que ocurrió es una verdadera desgracia. Es de nuestra sangre y de nuestra carne. Fue traicionado. Si se hubiera quedado entre nosotros nadie hubiera podido capturarlo», dijo.

La omnipresencia estadounidense en las calles de la ciudad parece desmentir sus palabras. Los tanques, camiones y otros vehículos pasan por las calles de Hawja, que son frecuentemente bloqueadas.

Los habitantes de Hawja temen hoy la venganza de los que antes los envidiaban.

«Los americanos y los iraquíes van a hacernos mal, pues incluso cuando huía, Saddam Hussein les causaba miedo. ¿Qué va a pasar con nosotros?» dijo Regiab Hussein, maestra de 30 años, también vestida de negro.

En la escuela secundaria de la ciudad, el lunes por la mañana, algunos alumnos quisieron salir a manifestar tras destrozar viejos manuales escolares y fotos de Saddam Hussein, pero la policía los convenció de no hacerlo.

«Me siento lleno de odio», declaró Mohmmad Taha, alumno de 13 años.

Las calles están vacías y para hablar a sus habitantes hay que tocar a sus puertas. Incluso la mezquita está cerrada pues el jeque no durmió la noche enterior en la casa aledaña.

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