Sentirse bien por que se hace el bien

Sentirse bien por que se hace el bien

El 11 de septiembre aquel, los resultados de las malignas intenciones eran todos muy evidentes. Sin embargo, surgieron cientos de historias sobre buenas intenciones, sacrificio personal y heroísmo.

Policías y bomberos que salvaron vidas a cambio de la suya en el Centro Mundial de Comercio que se derrumbaba en la Ciudad de Nueva York: Viajeros en el vuelo condenado que resistieron a los secuestradores armados para salvar vidas en tierra. Y lo más común, las personas en todo el país que hicieron filas para donar su sangre. El pueblo que telefoneaba y enviaba mensajes. Conciertos y servicios funerarios en todas partes. Todos querían ayudar.

 En los tiempos difíciles, ¿se siente usted mejor cuando piensa en otros, o cuando se concentra en sí mismo? Pudiera sorprenderle saber que existen pruebas científicas que indican que el altruismo -la preocupación por los demás- retorna con abundancia. Los chimpancés, elefantes, hasta las abejas, se cuidan unos a otros. Por eso, los seres humanos, y todos están mejor por eso. Por supuesto, la ganancia individual no es lo primero en la mente de un altruista verdadero. Pero usted obtendrá beneficios, si los busca o no. 

El acudir como voluntario a servicios comunitarios puede, realmente, ayudar a prolongar su vida. Puede aumentar la vitalidad y la auto-estima. Investigadores en la Universidad de Michigan informaron recientemente que las personas jubiladas que se presentan como voluntarios solo 40 horas al año, tienden a vivir más tiempo, comparado con los que nunca realizaron servicios comunitarios.

 Un estudio con 762 jubilados, realizado por la Universidad Cornell y presentado en la Asociación Sociológica Americana en 1999, encontró que los voluntarios eran más felices que los que no eran voluntarios, y tenían más energía y un mayor sentido del control de sus vidas. Un estudio de Harvard descubrió que las personas mayores con actividades productivas, incluyendo la actividad voluntaria, mejoraban sus posibilidades de vivir una larga vida tanto como los que se dedicaron a hacer ejercicios para mantenerse saludables.

El trabajo constructivo confiere un sentido de bienestar e identidad. Si su sistema de respaldo social es reducido, ser voluntario puede darle la oportunidad de hacer amistades. Aunque las personas de todas las edades pueden beneficiarse, las de mayor edad, en especial los jubilados, parecen beneficiarse más.

“La tercera edad” puede devolverle parte del tiempo

 Algunos científicos cuestionan todo lo anterior. ¿ Sería posible que las personas saludables, optimistas, enérgicas, sean las que primero se presentan como voluntarias ? Sin duda, esto es parte de la explicación.

Y sin embargo, es obvio que hay mucho que ganar con la disposición a la voluntariedad. En Canadá, casi una de cuatro personas de más de 65 años realiza trabajos voluntarios (en EEUU la proporción es ligeramente más baja, cerca de uno de cada cinco). De acuerdo con un estudio del gobierno, estos canadienses “viejos” disfrutan de una calidad de vida mejorada, redes sociales más fuertes, y un incremento de la actividad física. “La tercera edad del desarrollo humano” es lo que un comentarista llama “el retiro”: “un tiempo en que le podemos devolverle a la sociedad las lecciones, la sabiduría y los recursos que hemos obtenido […] a lo largo de nuestras vidas”. El deseo de devolver (es decir, el altruismo) es con toda seguridad una señal de salud -una posibilidad de hacer lo que no pudo cuando le faltó tiempo y conocimiento en etapas previas de su vida.

 Si usted tiene deseos de hacer alguna actividad voluntaria, busque entre las organizaciones que existen. Busque en la prensa. Las casas de ancianos y desvalidos que no tienen familia pueden estar necesitando personas para que ayuden de alguna manera, ya sea hacer mandados, o leer en voz alta. Si usted conoce alguien que atiende a un miembro crónicamente enfermo de la familia, usted pudiera ayudarlo. Los centros de atención pueden necesitar alguien que cocine, o sirva a los refugiados, o les consiga o remiende ropa.

 Muchos que nunca se han ofrecido como voluntarios se sienten temerosos la primera vez. Dependiendo de la organización, pudiera parecerse a cuando uno va a solicitar un empleo. Algunas personas empiezan con un programa, solo para descubrir que preferirían hacer otra cosa; puede que tenga que hacer como quien va de compras: ver y escoger. Lo importante es no sentirse desanimado. Hay muchos espacios que llenar.

Algunas sugerencias:

 Trate de escoger algo que encaje con usted. Si usted sabe algo de contabilidad, leyes, carpintería, costura, o se las entiende con el sistema de salud, o si tiene talento musical, busque donde su experiencia  pueda encajar

 Busque una organización donde ya tenga amigos, si es posible, o lo más importante, una organización que sepa cómo ponerlo a trabajar eficientemente. La Cruz Roja, o el banco de sangre de su comunidad, por ejemplo, tienen mucha experiencia en emplear voluntarios de manera eficaz. Las bibliotecas y los museos también requieren de ayuda, y saben cómo usarla.

 Si usted tiene auto y le gusta manejar, pues hay muchas organizaciones de caridad que necesitan choferes. Algunos centros hospitalarios necesitan choferes para los pacientes externos que acuden a recibir tratamiento.

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