SEOPC, ¡qué vergüenza!

SEOPC, ¡qué vergüenza!

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Los aeropuertos, puertos y terminales de autobuses y trenes son lugares en donde los visitantes inician sus impresiones de la ciudad o país elegidos para pasar sus vacaciones o efectuar sus inversiones.  Asimismo, empiezan a evaluar el ordenamiento y la civilidad por las condiciones en que se encuentran las vías de acceso al lugar de destino.

Desde hace más de diez años, la entrada a la ciudad de Santo Domingo desde el aeropuerto Las Américas se encuentra inmersa en un plan de reordenamiento y embellecimiento, que en gran parte del trayecto, por su belleza al borde del esplendoroso Mar Caribe, nos llena de orgullo.  Sin embargo, el tramo comprendido entre el puente Juan Carlos hasta el cruce con la carretera que conduce a San Isidro, un trayecto de apenas dos kilómetros, es un verdadero caos y un bochorno para la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones (SEOPC). Esta injustificada inercia ha contribuido al languidecimiento de varios establecimientos comerciales ubicados en dicha zona, algunos al borde de la quiebra.

El elevado distribuidor que debió haber sido utilizado por los vehículos que transportaban a los atletas de los Juegos Panamericanos 2003, todavía se encuentra a medio talle, con los soportes metálicos en plena vía y los obreros que laboraban en dicha estructura brillan por su ausencia.  En ese empalme, queda en su entorno uno de los lugares más atractivos de la ciudad por su belleza ecológica: los Tres Ojos.  Su entrada y su estacionamiento han sido destruidos por las hordas de la SEOPC, a las cuales les tienen sin cuidado las vicisitudes que deben pasar los turistas que se arriesgan a visitar ese maravilloso monumento de la naturaleza.

La curva para tomar la carretera de San Isidro es un peligro permanente en especial de noche ya que carece de iluminación y señalización.  Una enorme zanja y una gran cantidad de tubos son los encargados de darle la bienvenida a cualquier desdichado que pierda el control de su vehículo y caiga en el abismo.  El hotel situado al lado oeste, es otra víctima silente de cómo “sobrevivir” en espera de una solución que tarda demasiado en llegar y que talvez, cuando por fin arribe, sea demasiado tarde por estar quebrado.

Ha sido una suerte para el señor secretario de la SEOPC que el Presidente de la República, cuando viaja, lo hace por el aeropuerto de San Isidro y no ha comprobado lo aquí expuesto, de lo contrario su permanencia en la secretaría estaría pendiente de un hilo.  En sentido contrario, el pasadizo por debajo del elevado que conduce a San Isidro está cerrado, no obstante ya haber sido terminado con brillantes losetas.  Más adelante, en donde fueron demolidas unas casuchas construidas ilegalmente se encuentra uno de los “más bellos vertederos improvisados de basura”, justo frente al parque en donde se encuentra esculpido el busto de nuestro Padre de la Patria, que se debe estar preguntando, por qué no me vendan los ojos y me tapan la nariz para librarme de este penoso y vergonzante espectáculo.

Bajo el puente Juan Carlos, el ambiente es “más popular”.  Allí se ha improvisado una parada de autobuses y de “motoconchistas” que convierten el lugar en un verdadero pandemonium.  Si también le agregamos que al lado Norte se ha excavado una profunda zanja con remoción de tierra y escombros, se podrá apreciar cuando llueve, uno de los espectáculos acuáticos más vistosos del área del Caribe, faltándole únicamente unos bellos gansos o patos para ambientar con sus graznidos, tan anárquico lugar.

No sé qué pensará el departamento de ornato, sea del Ayuntamiento Santo Domingo Este o de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales sobre los troncos secos de las palmas cana que se secaron en todo el trayecto de la autopista Las Américas.  En verdad, parecen fósiles que denuncian permanentemente el estado de abandono de nuestras áreas verdes, constituyendo un atentado visual muy desagradable, al menos que estas dependencias gubernamentales entiendan, que es un homenaje a “naturaleza muerta”.

Sin lugar a dudas, la autopista de Las Américas es una de las más bellas del mundo bordeando un Mar Caribe de aguas color esmeralda y adornada con cimbreantes palmas de cocos. Es una lástima, que la jardinería de la isleta central haya sido totalmente abandonada, agravado por el descuido de no sustituir los troncos secos de los árboles transplantados sin técnica ni mantenimiento.  Este descuido es un presagio de que el viajero llegará a una ciudad arropada por toneladas de la basura y en las noches,  abrumada por las tinieblas. 

Las autoridades que iniciaron la modernización de la entrada a Santo Domingo habían pronosticado que la misma sería inaugurada con la entrada del milenio, afortunadamente, todavía faltan noventa y cinco años para cumplir el vaticinio.  SEOPC, eres la culpable de tanta desidia y apatía que desmerita y avergüenza tu labor a favor de la ciudadanía.  Si no tienes capacidad para terminarla, págala, aunque sea de grado a grado, a un contratista independiente para acabar con esta pesadilla.

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