¿Separación e independencia de poderes?

¿Separación e independencia de poderes?

Cuando el Barón de la Brede y de Monstesquieu escribió su notable obra “El Espiritu de las Leyes”, muy lejos estaba de pensar que en una pequeña isla antillana, compartida por dos repúblicas separadas por un río que se cruza a pie, su célebre doctrina de la separación e independencia de los poderes del Estado, fundamento esencial de la democracia, sería burlada impunemente.

Eso apenas lo entendió tardíamente, el impetuoso presidente de un minúsculo partido, aliado incondicional y gozoso del poder constituido que favorecido con algunos cargos públicos y contando con una sola bancada en el Congreso Nacional, pretendió en su fantasía al romper abruptamente y desligarse del partido oficial, con “sólidos” argumentos jurídicos, “torcerle a la puerca el rabo”, impugnando, “en defensa de la constitucionalidad”, ante el Tribunal Constitucional, la Ley No. 24-15 que declara la necesidad de la reforma constitucional para darle paso a la reelección del Presidente Danilo Medina, impedido por el Art. 124 de la Carta Magna, urgiendo la suspensión del Asamblea Revisora, convocada precipitadamente para materializar ese único objetivo.

Juan Bosch, con los dos pies en la tierra, sí lo comprendió y lo explicó sobradamente cuando nos habla de nuestra arritmia histórica y de cómo surge “el propósito de establecer un monopolio de manera natural en la mente de cualquier hombre (persona) cada la vez que aspire a enriquecerse y tenga a su disposición la suma de los poderes del Estado.” Es decir, el cuerpo de legisladores para pasar las leyes a su conveniencia; el mando militar, la fuerza pública, para obligar a la obediencia, y el Poder Judicial, para decidir por sentencia lo irrevocable, habiendo sido víctima del golpe de Estado septembrino y de la grosera intervención norteamericana del 65 que le privó al Pueblo, desde el poder, democráticamente, asentar las bases para su desarrollo social, económico y político. (Juan Bosch, Abril y Caamaño”, editado por Matías Bosch. Fundación Juan Bosch, 2015).

Y explica la causa del fracaso histórico de tantas tentativas de armar una revolución democrática burguesa en un país como el nuestro, pobre y carente de una burguesía establecida como ocurrió en Europa y en los Estados Unidos de América, lo que le da credibilidad a su propuesta de Dictadura con Respaldo Popular pues “no es posible armar fuera del poder una revolución democrática burguesa, si materialmente no se cuenta con una burguesía social y económica que asuma el mando del poder político.” “En el sistema capitalista, el combustible para encender el motor del desarrollo es la ambición de los aspirantes a ser ricos.”

Fue ese el propósito cardinal del proyecto de Reforma Constitucional sometido por el presidente Fernández, calificado por sí mismo como la mayor revolución democrática, siendo aprobado por la Asamblea Revisora integrada por la mayoría aplastante del PLD-PRD (Acuerdo de las Corbatas Azules) con la variante ahora de su sucesor, presidente Danilo Medina, que concentra en sus manos, al igual que ayer todos los poderes del Estado, sometidos a su mando y la ambición de sus partidarios.

 

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