Séptima elección libre consecutiva

Séptima elección libre consecutiva

POR JUAN BOLÍVAR DÍAZ
Cinco semanas de las elecciones legislativas y municipales no hay razón objetiva para dudar que estas serán tan limpias como las seis anteriores realizadas a partir del 1996, en la mayoría de las cuales ni siquiera se han producido impugnaciones en número significativo. Cinco millones 369 mil electores, incluyendo unos 400 mil nuevos que equivalen a un 7 por ciento más que en los comicios presidenciales de hace dos años, están habilitados para elegir 2 mil 438 representantes en 151 municipios y 166 circunscripciones electorales.

Aunque la Junta Central Electoral (JCE) tuvo que conocer sobre más de un centenar de impugnaciones a las candidaturas, cantidad sin precedente, ya las boletas comenzaron a ser impresas y estarán listaS en el curso de la próxima semana, con tiempo suficiente para cumplir el calendario de trabajo.

Sin novedad en el padrón

Sin embargo esta vez han quedado atrás las denuncias de exclusiones y trastrueques que todavía hace dos años agriaron el proceso organizativo. Aún el día en que concluyó la campaña electoral el candidato presidencial Leonel Fernández denunció que más de 400 mil electores habían sido dislocados en el padrón. Ello obligó a la JCE a realizar una revisión de listados en cada junta municipal en la víspera de la votación, demostrándose que las denuncias eran infundadas.

En el actual proceso apenas ha habido que poner la mano sobre el padrón para excluir a los fallecidos y a los que entraron a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, así como para incluir a los que egresaron de esas instituciones. Lo más relevante es que al quedar consolidado el padrón, con la corrección de los errores derivados de la cedulación de 1999-2000, ya no hubo que hacer traslados de colegios de un lugar a otro ni de votantes de un colegio a otro, lo que fue pretexto para las denuncias de las tres anteriores elecciones.

Desde los comicios presidenciales los nuevos ciudadanos y ciudadanas con derecho al voto suman cerca de 400 mil, aunque el crecimiento neto del padrón es sólo de 346 mil, a causa de las bajas por fallecimiento.

El padrón definitivo para estos comicios fue entregado a los partidos en disco compacto el 2 y 3 de febrero. Y justamente esta semana se les proporcionaron copias en papel a los tres partidos mayoritarios y al Bloque Institucional Socialdemócrata que pagaron por la impresión. No sólo se presenta la lista de electores habilitados, sino también los que se dieron de baja.

El Partido de la Liberación Dominicana realizó en el fin de semana anterior una verificación del padrón movilizando a millares de sus cuadros. Una semana después no ha presentado ninguna objeción ni ha formulado denuncias sobre el mismo.

Más allá de las denuncias y suspicacias que persisten, aunque en menor medida, es objetivo que el sistema electoral dominicano se ha ido perfeccionando. La mayoría de las decisiones de la JCE se adoptan en consenso con los partidos, cuyos delegados técnicos son mantenidos al tanto de todo lo referente a cedulación y padrón de electores.

Desde las elecciones presidenciales del 2004 se instituyó la plastificación de las actas de los resultados que se levanta en cada colegio de votación, para impedir alteraciones como las que se registraron en el 2002 en Santiago.

Aún rige el principal elemento causante de retraso en los cómputos, que es la verificación de los resultados de cada mesa en las juntas municipales, denominado verificación de actas, que produce entaponamientos en las grandes concentraciones urbanas del Distrito Nacional, provincia Santo Domingo y Santiago. Sobre todo por la tradicional práctica de que los delegados de los partidos perdedores dilatan el proceso por maniobras o ausencias.

Las misiones de observadores electorales nacionales e internacionales han recomendado suprimir esa verificación y dar por válidas las actas, a menos que haya una impugnación específica.

Observación electoral

Como en los últimos 6 procesos electorales, el movimiento Participación Ciudadana llevará a cabo una observación rigurosa de la votación y el procesamiento de los resultados. Esta semana se hizo pública la campaña motivacional y el calendario de trabajo para esa observación que esta vez movilizará a más de 3 mil voluntarios fijos e itinerantes que abarcarán las 166 jurisdicciones de votación.

Como ya es tradicional, la JCE también ha cursado invitaciones a los organismos electorales de las naciones latinoamericanas, a la Organización de Estados Americanos, el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL) y otras instituciones internacionales. El doctor Luis Airas, presidente del tribunal electoral, dijo que unos 200 observadores internacionales estarían presentes, el doble de los que vinieron en los comicios legislativos y municipales anteriores.

Este año los funcionarios a ser electos totalizan 2 mil 438, que son 428 más que los 2010 del 2002, para un crecimiento de casi 10 por ciento. Ahora los diputados serán 178, es decir 28 más que los 150 actuales. Los síndicos y vicesíndicos serán 151, superando en 26 los 125 anteriores, y los regidores y sus suplentes crecieron en 174, totalizando ahora 963 en cada categoría. Los senadores se mantienen en 32.

Si bien no se advierten elementos objetivos que hagan temer por la limpieza de las próximas elecciones, con tanta participación, observación y mejoramiento de los procesos, sí existe el temor de que crezca la abstención del 49 por ciento que han promediado los dos comicios legislativos y municipales anteriores. La JCE conoce una encuesta que advierte de esa tendencia sobre todo entre las mujeres y los jóvenes de la región del Cibao. Por eso está diseñando una campaña de persuasión dirigida especialmente a esos segmentos.-

Suave organización

El proceso organizativo de los comicios del 16 de mayo próximo marcha más suavemente que nunca por la ausencia de cuestionamientos al padrón electoral y al manejo del centro de cómputos que tanta suspicacias y controversias generó en los procesos anteriores.

Consultado ayer, el ingeniero Gilberto Cruz Herasme, Director General de Elecciones, aseguró que aunque hubo algún retraso en el inicio de la impresión de las boletas, a consecuencia del número sin precedente de impugnaciones a las candidaturas que la JCE tuvo que conocer, no hay el más mínimo temor de perturbaciones.

Incluso comenzaron a imprimir las boletas por el reverso de donde aparecerán los nombres de los candidatos, y durante este fin de semana se comenzaría a completar la impresión. El compromiso de las editoras que ganaron un concurso es entregarlas en una semana, por lo que habrá casi un mes para verificación, empaque y distribución.

La semana pasada el presidente de la Cámara Administrativa de la JCE, doctor Nelson Gómez, dijo al telediario Uno mas Uno que ya habían reclutado y tenían bajo entrenamiento al 72 por ciento del personal que requieren para los 12 mil 371 colegios electorales que operarán en estos comicios.

En total de requerirán unas 68 mil personas para los colegios de votación, incluyendo un diez por ciento de reservas para cubrir ausencias. Aunque Gómez tenía esperanza de que con la colaboración de las organizaciones de la sociedad civil y las universidades, reclutarían todo el personal necesario, ha sido tradicional que al final se apele a los partidos para que, en proporción equitativa, ofrezcan miembros para completar los colegios.

Ventajas comparativas

El actual proceso electoral ha sido el de más fácil organización y el menos conflictivo de los últimos seis considerados libres y sin mayores traumas, aunque en los del 2002, hubo algunas impugnaciones e irregularidades en algunos municipios.

Ese año en Santiago se demostró que varias actas fueron alteradas en beneficio de candidaturas del Partido Revolucionario Dominicano, pero la JCE reconoció las irregularidades fraudulentas y procedió a anular los votos computados en exceso. Se alegó que hubo otras alteraciones, pero no fueron presentadas y la candidatura a senador se definió por apenas cientos de votos.

Pero desde las dos vueltas electorales de 1996, y los cuatro comicios subsiguientes cada dos años para un total de seis votaciones, no se han registrado mayores conflictos. Las tres presidenciales transcurrieron sin ninguna impugnación por parte de los perdedores.

Las elecciones de 1996 tuvieron que ser precedidas de una depuración a fondo del padrón de electores para disipar los traumas electorales de 1994 y 90. Las de 1998 se vieron afectadas por un nivel de violencia y confrontación sin precedentes y conflictos entre el Poder Ejecutivo y la JCE, que incluyeron un período de retención del presupuesto de este organismo.

La organización del proceso electoral del 2000 se complicó considerablemente porque estuvo precedido de una nueva cedulación y total renovación del padrón electoral, que desde entonces ha quedado en la red de internet abierto al público.

Para el 2004, la constitución de la actual JCE de forma unilateral por parte del Senado bajo control perredeista, sembró discordias e incertidumbres, agravadas por el intento reeeleccionista del presidente Hipólito Mejía que reactivó los fantasmas de las imposiciones que habían caracterizado las repostulaciones presidenciales en la historia nacional.

Esta vez todavía se cuestiona la imparcialidad de la JCE, lo que quedó patente hace dos semanas en ocasión de la inscripción de las candidaturas de la alianza PRD-Partido Reformista Social Cristiano, realizada sobre el borde de la hora en que vencía el plazo.

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