La crónica rosa dominicana se vistió de luto ayer para dar el último adiós a su exponente más veterana, Susana Morillo, a quien sus casi cinco décadas en el ejercicio de la profesión la convirtieron en una leyenda de la crónica social.

Llovía cuando sus restos fueron llevados su última morada, en  el Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez. Sus amigos y compañeros de la profesión a la consagró acompañaron a sus familiares.

Sus discípulas la lloraron desde que se supo su deceso, la honraron en el velatorio -con guardias de honor- en la Funeraria Blandino- y la acompañaron hasta se sepulcro, a donde llegó el cortejo a las 4:00 de la tarde, encabezado por su único hijo, el ingeniero y destacado fotógrafo Héctor Báez, quien destacó las cualidades de su madre y la moral con que vivió y la formación que le dio.

Entierro y panegírico

Fueron sepultados ayer en el Cementerio Nacional de la  Máximo Gómez los restos de doña Susana Morillo, con  canciones y emulando la alegría, con que ella vivió.

“Emprendió un vuelo,  hacia las tierras lejanas y desconocidas, Se nos fue como una mariposa, emprendió vuelo con alas firmes, dejándonos embriagados de ese entusiasmo, alegría, amor y espíritu de solidaridad que le caracterizó”, expresó  Cándida Ortega, quien leyó el panegírico en el sepelio.

Su hijo, Héctor Báez, dio las gracias a Dios, a  médicos y allegados  por el apoyo que le dieron en momentos difíciles y resaltó las cualidades de su madre.

 El cantante de música popular Rasputín interpretó a capela, junto a los presentes,  la canción “Oye, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida. La, la la la….”,  porque doña Susana en vida   pidió que en su sepelio la cantara. Muchos lloraban, pero continuaron cantando, para despedirla alegra.

El adiós

Damas de distintos sectores del país, empresarios, directores de medios de comunicación, funcionarios del gobierno, intelectuales, diseñadores, políticos, músicos, modelos,   pintores y otros  artistas visitaron la Funeraria Blandido de la avenida Abraham Lincoln, para despedir a la mujer de 94 años, que llenó casi cinco décadas de la crónica social. El empresario José Luis Corripio Estrada, su hijo Manuel Corripio Alonso y el director del diario Hoy,  Bienvenido Álvarez Vega, ofrecieron el sentido pésame a su hijo.

A Sussy, como llamaban sus allegados a la pianista y periodista, que  escribía bajó el seudónimo de “Vesta” por su amor a la literatura, la periodista Fior Gil la catalogó como un ejemplo, de cuya fuente muchos bebieron.

La cronista Cándida Ortega, escritora del libro “Crónica Social en República Dominicana”, dedicado a Susana, expresó que esta es la figura más emblemática de la crónica social, quien representó “alegría,  honestidad, lealtad y humildad”. Su amiga Magda Florencio pidió que todo el que vaya a recordar a la  petromarisana, nacida el 17 de enero de 1917, “que explote en una carcajada”, porque era la alegría personificada. La periodista Rosario Tifá estalló en llanto al hablar de ella.

El diseñador Leonel Lirio definió como “fuera de serie” a la periodista  autora de la columna Visto y Oído, en el diario Hoy.