Con el corazón destrozado, familiares y compañeros de escuela y de la liga de pelota William Valdez sepultaron ayer a José Luis Martínez, de 16 años, quien falleció cuando un pelotazo en el cuello le destrozó la arteria.
Durante el sepelio se escuchaban gritos de desesperanza y dolor. “Ay, mi calvo, como yo te decía, quería verte viejo, mi corazón”, lamentaba una compañera de aula del colegio Hermanos Miguel, donde iba a iniciar el cuarto del bachillerato.
El colegio está en el barrio Los Santos, donde el joven vivía con sus padres, Pilar Santos y José Miguel Martínez, y su hermano José Miguel Martínez Santos.
Su prima Rossi Santiago, contó que Martínez salió de su casa a las 12:00 del mediodía como siempre a practicar en una liga donde estaba desde que tenía 6 años.
“Su padre lo acompañó el martes. Lo hacía con regularidad y él estaba bateando y se fue a primera, luego vino otro a batear y él se distrajo en la base y no corrió, entonces como fue un toque de bola, uno de los jugadores tomó la bola y la tiró al de primera y la bola le dio en el cuello y le rompió la vena. Se desangró por dentro. Eso es lo que sabemos”, dijo.
Mientras Jennifer Martínez dijo que su “Pelucón”, como le decía a su primo, era alegre y lleno de vida. No puede creer que no esté si antes lo había visto irse para seguir con sus prácticas de bateo. “Su mundo era el béisbol. Soñaba con ser un gran pitcher y jugaba también tercera”, dijo.
Al hablar sobre su amigo y compañero en el terreno de juego, Andrés Estévez, no pudo contener sus lágrimas. “Era tan especial, tan buen compañero, tan alegre, no puedo hablar perdón”, expresó mientras el ataúd era sepultado en el Cementerio Municipal de El Ingenio.