Familiares y amigos dieron ayer el último adiós a Mariano Figueroa, quien fuera ultimado por un Policía Municipal de un disparo en la cabeza cuando intentaba defender a un limpiavidrios momentos en que estos eran retirados de la avenida John F. Kennedy.
El fallecido, que se dedicaba a buscar contratos para camiones de carga de materiales de construcción, dejó tres hijos de 15, 8 y dos años en la orfandad.
Entre lágrimas de dolor María Altagracia Méndez, esposa del occiso, describió a su marido como un padre ejemplar y buen esposo, quien se levantaba cada día a las 5:00 de la mañana a buscar el sustento de su familia.
Méndez aseguró que su marido no era hombre de problemas, solo intentaba defender a alguien, “y por eso perdió la vida”, agregó la mujer con la voz entrecortada por el llanto.
Asimismo, acusó tanto al Policía Municipal que disparó, como al guardia que portaba el arma con que le dispararon a su esposo el miércoles.
“Yo pido todo el peso de la ley para ellos. Quiero que se haga justicia por mi esposo, porque cómo un guardia se deja quitar su arma de reglamento y permite que le quiten la vida a un hombre indefenso”, expresó.
Los residentes en la calle Armonía en el distrito municipal Pantoja negaron que la muerte de “Mariao”, como todos le conocían en el sector, haya sido de manera accidental, como se expresa en el informe realizado por la Policía.

“No fue un accidente, porque hay vídeos donde se muestra que él no estaba intercambiando fuerza con los agentes, no pueden decir que hubo un forcejeo y que por eso se le disparó el arma. El vídeo muestra claro que el policía lo acribilló”, expresó Yenni Ogando, esposa de un sobrino del fallecido.
Mientras que los vecinos calificaron el hecho como un abuso de poder y pidieron a las autoridades llegar hasta las últimas consecuencias. Amenazaron con lanzarse a las calles a protestar para que este caso no quede impune.