Sepultan hoy restos Enriquillo Sánchez

Sepultan hoy restos Enriquillo Sánchez

El poeta, ensayista y periodista Enriquillo Sánchez, quien falleció ayer a los 56 años y será sepultado hoy a las diez de la mañana en el cementerio Cristo Redentor, fue un escritor que deleitaba con su prosa, trabajada con cuidado cirujano, en la que brotaban las imágenes literarias y la vastedad de sus conocimientos.

Con frases cortas, similar a Azorín, Sánchez armaba su prosa.

Fue un autor precoz, pues empezó a obtener reconocimientos y galardones en la adolescencia en el decenio del 60. Nació el 25 de agosto de 1947 en Santo Domingo. Hijo de José Aníbal Sánchez, fallecido, y Evangelina Mulé. Estaba casado con Cristina Margarita de los Santos, con quien procreó tres hijos: Enrique, María Eugenia y Mariana. Padecía de una diabetes que minaba su vida desde hacía unos años, agravada en los últimos meses.

El año pasado, Sánchez se le concedió el Premio Anual en Ensayo con su libro «El espectáculo del terror: antes y después de 2001», otorgado por la Secretaría de Cultura, «debido a la prosa esmerada, que trabaja tanto la belleza formal como el desplazamiento de ideas y que conjuga modernidad en el tema y destreza expositiva». Esa obra había sido publicada en su columna Devoraciones, que aparecía semanalmente en el HOY.

Sánchez mantuvo en el desaparecido diario El Siglo la columna «Para uso oficial solamente». Después pasó al periódico HOY, donde la escribía simultáneamente con la columna «Zona de strike», en las que abordaba los temas sobre la literatura, la historia y la política.

Hizo los estudios primarios en el Instituto Escuela, cuando lo dirigía Abad Henríquez, y continuó después con los padres escolapios. Estudió luego en San Juan de Puerto Rico, Canadá y París.

En cuanto a su período de marxista, Sánchez decía, en una entrevista en 1990, que «no creo que exista una peste peor ni más empobrecedora». En la Enciclopedia Dominicana aparece un fragmento de su poema «Maguita».

Sánchez se fue a estudiar en 1964 a París, Francia, donde se inscribió en La Sorbona. Luego cambió a la Facultad de Derecho, pero no terminó los estudios y regresó al país en 1966.

Se inscribió en la licenciatura en Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde al poco tiempo se convirtió, por concurso público, en monitor. Duró diez años en graduarse, porque tomaba dos materias por semestres y a veces retiraba el semestre, pero no dejaba de leer y escribir. Luego pasó a ser ayudante de profesor, profesor e investigador.

Desde el 1966, cuando recibió dos menciones honoríficas en el Primer Concurso de Cuentos, que presidió Juan Bosch junto a Héctor Incháustegui Cabral y Máximo Avilés Blonda, perteneció al grupo El Puño, del que formaban parte Miguel Alfonseca y René del Risco Bermúdez.

A lo largo de los años, luego de desaparecer ese grupo, participó en numerosos concursos, recibiendo premios y menciones. Fue primer premio de poesía del Movimiento Cultural Universitario (MCU), y segundo premio de poesía y cuento en el concurso convocado en 1974 por el periódico La Noticia.

Fue incluido en la antología «Narradores dominicanos», que Aída Cartagena de Portalatín preparó para Monte Avila Editores, de Venezuela. En 1983, con su libro «Pájaro dentro de la lluvia», obtuvo el Premio Nacional de Poesía, y en 1985, con «Sherif (c) on ice cream soda», el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, que se otorgaba en Nicaragua.

Publicó en 1991 el volumen «Convicto y confeso I», que incluye, además de esos dos títulos, los libros «Por la cumbancha de Maguita» y «Los cantos del húsar. En 1993 publicó la novela «Musiquito: anales de un déspota y un bolerista», considerada por el autor como «un parto confuso y ciego».

«Memoria del azar», publicado en 1996 en la Colección Banreservas, reúne cuatro libros: «Memoria del azar» (1985), «Artículos de primera necesidad» (1985), «Escritorio marino» (1986) y «Letras de cambio» (1989). Este libro fue galardonado en 1996 con el Premio Nacional de Poesía.

El poeta Sánchez trabajó en la radio y la televisión y fue director creativo de reconocidas publicitarias.

En 1998 realizó una investigación y selección de los editoriales del periodista Germán E. Ornes, publicados en El Caribe (1961-1995), los cuales fueron editados en 1999, en cuatro volúmenes, por E. León Jimenes bajo el título «Germán E. Ornes: una vida para la libertad», y el 2000 apareció el libro «Para uso oficial solamente (1989-1991)», un volumen de casi 670 páginas.

Alabado por Juan Bosch, quien lo definió como «el más importante escritor dominicano», y Marcio Veloz Maggiolo señaló que era un poeta importante de la literatura nacional.

El 31 de agosto de 1999 escribió: «Nadie descifra su muerte. Son los demás quienes la empobrecen o la devoran».

Estuvo varios años en el Centro de Estudios de la Realidad Social Dominicana de la UASD (CERESD), donde hizo investigaciones que no publicó. Uno de sus propósitos era escribir un trabajo sobre la dominicanidad. Tenía algunos cuentos dispersos en publicaciones y le habían ofrecido recogerlos para hacer un libro, pero nunca lo hizo.

Fue director ejecutivo de la revista Ahora a partir de 1979, aunque había estado vinculada a la publicación desde el 1966. Fue de los miembros fundadores de El Nacional y permanente colaborador del vespertino, así como el encargado del suplemento Palotes, entre 1976 y 1979, y de la sección Dialogar, ambos publicados en Ahora.

Según el libro «Antología Mayor de la Literatura Dominicana (XIX XX)», publicada por la Fundación Corripio, que aunque Sánchez era poeta, como lo prueban casi todos sus escritos, se distinguió como articulista provocador que, con gran sentido de la tradición ensayística contemporánea, abordaba los temas de la cotidianidad con humor y desenfado.

De acuerdo con el mismo texto, lo más importante en sus escritos periodísticos no eran las respuestas que hacía, sino las preguntas que formulaba, «a veces con picardía de muchacho travieso y otras con solemnidad de pensador, pero siempre para desacralizar las ideologías establecidas».

En una entrevista hecha el año pasado por HOY, Sánchez decía: «Hace mucho tiempo que no escribo poesía. Lo que quería hacer es novelas, pero parece que no he tenido la disciplina suficiente para trabajar novelas, género que exige mucho en concentración, organización y sistematicidad».

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