San Pedro de Macorís. Miguel Méndez Figueroa tenía 25 años. Era huérfano de madre desde hace 20 y creció con su abuelo de crianza. Hacía varias semanas había salido de un centro de rehabilitación de adictos y hasta el sábado intentaba ganarse la vida limpiando vidrios en la avenida Sarasota esquina Jiménez Moya, del sector de Bella Vista, en la capital.
El destino, sin embargo, le deparó su última tragedia: fue ultimado de un tiro en la cabeza por Jonathan Oneal Báez Guzmán. Ayer, en medio de gran tristeza sus restos fueron sepultados en el cementerio de San Pedro de Macorís. El cadáver de Miguel Méndez Figueroa, de 25 años, fue sepultado luego de ser velado en la funeraria municipal del Pueblo. Méndez Figueroa era hijo de Elvin Manuel Méndez y de Aguedita Figueroa, quien tiene 20 años de fallecida.
El joven residía con su abuelo de crianza, Nelson Mendoza, en la Manzana D número 5 del sector Villa Olímpica. Había salido de un programa de rehabilitación de drogas en La Romana y se pasaba muchos días en Santo Domingo sin venir a su pueblo, San Pedro de Macorís.