Los restos de Ana Amelia Figueroa de Báez, la esposa del empresario Ramón Báez Romano, fueron sepultados la tarde de ayer en el cementerio Puerta del Cielo.

Sus familiares la recuerdan como una persona extraordinaria y mujer ejemplar, resaltaron que a pesar de ser una pérdida muy grande y dolorosa, saben que ya puede descansar. Su hijo José Miguel Báez Figueroa la definió como buena madre y esposa. Expresó que la relación que existía entre sus padres y la forma en que mantuvieron un matrimonio por más de 60 años es lo trascendental de su legado.

De su parte, Ramón Báez Figueroa, hijo de la fallecida, resaltó que su madre se dió a conocer como un ser amoroso con sus hijos y nietos. Dijo que fue una maravillosa compañera con su padre, con quien mantuvo una relación muy estrecha.