Sepultan restos de Leonel Concha

Sepultan restos de Leonel Concha

POR ODALIS MEJIA
En medio de expresiones de dolor y con una amplia presencia de familiares, amigos y compañeros de labores, fueron sepultados cerca del mediodía de ayer en el cementerio de la avenida Máximo Gómez los restos del periodista Leonel Concha, quien falleció de un infarto este martes a los 78 años.

Durante el panegírico a nombre de los empleados de los periódicos Hoy y El Nacional, donde Concha laboró durante 30 años como redactor y corrector, Miguel Angel Velázquez Mainardi, coordinador de ambos diarios, resaltó la humildad y sencillez como rasgos singulares de ese destacado periodista.

«Nunca dejó de ser humilde y sencillo, sus atributos podrían colocarlo por encima de muchos», puntualizó Velazquez Manardi para luedo destacar su gran talento y creatividad en plasmar a los lectores las dificultades de la vida de una forma jocosa a través de su columna «La vida en broma».

Conocedor del alma humana, hombre auténtico, afable, cultivador de la amistad, la hermandad, trabajador incansable, fueron parte de los atributos personales que destacó sobre Concha.

Además, enfatizó sus cualidades literarias en los géneros como la narrativa y el cuento para referir las descripciones que sobre Concha hiciera el profesor Juan Bosch, quien lo consideró un escultor de la lengua Castellana, «pero eso no lo envanecía».

Velazquez Mainardi aprovechó el escenario de despedida para plantear que la sala de redacción del periódico El Nacional se denomine Leoenel Concha.

En el panegírico también hablaron Domingo Bastista, secretario general del Colegio de Periodista, Olivo de León, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa e Ignacio Soto.

Batista calificó a Concha como un ejemplo a imitar para las pasadas y presentes generaciones de periodistas, ya que era un verdadero maestro del periodismo. En tanto que De León destacó que pese a sus tantos años de trabajo ininterumpido, Concha murió en la pobreza, mientras que muchos profesionales de ahora quieren enriquecerse con dos o tres años en ejercicio. En ese momento sus palabras se interrumpieron por el llanto.

Sus restos son velados en la funeraria San Francisco de Asís, en la misma avenida número 160, frente al cementerio.

A las 10:00 de la mañana le fue oficiada una misa de cuerpo presente en la funeraria y luego su cadáver fue trasladado a su última morada en el referido camposanto.

A Concha le sobreviven su madre, Josefa, su esposa, Violeta Toledo de Concha, sus hermanas Altagracia y Rosa, así como sus hijos Rafael, Ana y José Leonel.

Un poco antes de su deceso, el comunicador se presentó a la redacción de El Nacional, a las 11:00 de la mañana, como siempre acostumbraba cada martes, para entregar sus artículos «La Vida en Broma» para el suplemento de los domingos y «Gazapos», una columna interdiaria, pero la vida le jugó una mala pisada, un infarto terminó con su existencia.

Al desmayarse en la redacción, sus compañeros de labores lo trasladaron a la clínica Las Mercedes después de sufrir el infarto, pero fue tarde, porque acababa de dar su último suspiro.

Su último artículo «La Vida en Broma» que todavía no ha sido publicado se titula «Una avería».

Concha nació en la ciudad de Santo Domingo el 7 de octubre de 1927 y estaba casado con la señora Toledo, con quien procreó tres hijos.

Durante 35 años laboró como redactor y corrector de estilo de diferentes medios de comunicación, entre los que figuran El Caribe, El Nacional y Hoy.

Escribió 10 libros, una recopilación de sus columnas donde trataba temas cotidianos y utilizó la jocosidad para comentar los principales problemas que afectan la República Dominicana.

De acuerdo a quienes les conocían de cerca, Concha fue de los pioneros del aeromodelismo en la República Dominicana y durante la II Guerra Mundial reprodujo modelos de juguetes de los aviones de combate utilizados para la época.

Durante su juventud tuvo como hobby cantar y bailar tangos, una melodía popularizada en Argentina por Carlos Gardel.

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