Una manifestación de duelo constituyó el sepelio del sacerdote y educador Severino Ubiera de Jesús, sepultado ayer en el cementerio Cristo Redentor. Las honras fúnebres fueron presididas por el arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, de la arquidiócesis de Santiago; y los obispos Nicanor Peña Rodríguez, de La Altagracia y Pablo Cedano, auxiliar de Santo Domingo, asistidos por un cuerpo sacerdotal.
Nacido en Higüey, Ubiera de Jesús se ordenó de sacerdote en 1982, alternando el ministerio con la enseñaza de jóvenes.
Impartió docencia en diferentes países de Centroamérica hasta su regreso al país, donde ejerció como rector de la Basílica de Higüey y párroco en Mata Hambre. El padre Elpidio Salcedo, superior del Calazans, destacó las cualidades personales y profesionales de Ubiera de Jesús, a quien definió como un verdadero siervo del Señor. Durante los funerales y en el sepelio se destacaron los valores del sacerdote.
A nombre de la familia hablaron los doctores Plinio Ubiera y Williams Reyes.
Al sacerdote le sobreviven sus hermanos Milcíades Ubiera, quien durante varios años fue jefe de Redacción del Listín Diario, Plinio, Isolina y Cristina.