POR ANSELMO SILVERIO
SAN FRANCISCO DE MACORIS.- Representativos de las letras, la ciencia y la cultura despidieron los restos de la escritora Hilma Contreras, Premio Nacional de Literatura 2002, que fueron sepultados en el panteón de la familia en el cementerio municipal.

El funeral salió de la funeraria municipal hasta el salón de sesiones del Ayuntamiento donde fue montada una guardia de honor que componían el síndico, Félix Rodríguez Grullón, Miguel Díaz Alejo, la gobernadora Luz Celestes Plata, los diputados Mario Fernández Saviñón, Víctor García Sued y Josefina Marte y el ex pelotero Julián Javier.

El ataúd, con estaba cubierto con la Bandera Nacional. En el cabildo hablaron sobre su vida y sus virtudes, la escritora escritora Ilonka Nacidit Perdomo, Hortensia Paniagua, Manuel María Castillo y el síndico Rodríguez Grullón quien anunció que una plaza que construye el cabildo en el barrio La Pangola de la famosa novelista y cuentista francomacorisana por una resolución aprobada por el Congrego Nacional y sometida por la diputada Josefina Marte.

«La señorita Hilma fue un ejemplo para las presentes y futuras generaciones, fue una gran mujer, un talento universal que nació aquí y murió en su comunidad junto a su gente», dijo el síndico, quien además anunció la realización de un concurso literario en memoria de la escritora.

En la catedral Santa Ana, el obispo de San francisco de Macorís, monseñor Jesús María de Jesús Moya, resaltó las virtudes de la Hilma, señalando que era un patrimonio y una gloria de «nuestras letras dominicanas a la que famosos escritores dedicaban trabajos».

Entre éstos, el prelado católico mencionó a los ex presidentes, políticos y escritores Joaquín Balaguer y Juan Bosch que, en su ocasión definieron a la escritora francomacorisana como extraordinaria. También cita a otros escritores famosos que otorgaron con su gratitud el premio a la buena conducta y a la ciencia del saber.

De Jesús Moya expresó que «la muerte es un encuentro definitivo con Dios, la vida es de Dios y estamos en sus manos». También definió a la escritora como una mujer fuerte y perseverante con un carácter indomable que se entregó a las letras y a la literatura.

Hilma Contreras fue ganadora en el 2002 del Premio Nacional de Literatura que patrocina el Grupo Corripio. Tenía 93 años, era nieta del general Manuel Castillo Alvarez, fallecido en 1856, y quien fue sepultado en el cementerio local. Además, era descendiente del patricio Ramón Matías Mella, confirmaron familiares durante el sepelio. El cadáver de la escritora fue colocado en una bóveda propiedad de la familia y donde están los restos de sus antepasados.

La escritora fue embajadora de Francia y según narró el escritor Claudio Espinal ella se retiró en «una introspección involuntaria, pero rodeada de su familia. Vino a vivir a su ciudad natal donde encontró la acogida y el reconocimiento, tanto aquí en la ciudad como de los escritores e intelectuales a nivel nacional».

En el sepelio estaban presentes, también los escritores Noé Zayas, Juanje Laberes, Víctor Saldaña, y el Premio Nacional de Música Vladimir del Orbe. Además, el edil Rafael Taveras, los escritores Esmelda Ramos, Roberto Sánchez, Mariela Lora, Féliz Taveras, la directora de Educación Ana Jáquez.

En el cementerio, el subsecretario de Cultura Avelino Stánley, quien representó al titular de la cartera, describió a la escritora fallecida como una mujer sencilla que compartía con sus amigos un sorbo de café o un ponche criollo. Esta vivía con su hermana Rosa en una antigua vivienda de la calle Restauración esquina Santa Ana.

Rafael Tejada Mena, quien conoció y estuvo muy de cerca con la escritora, improvisó un poema dedicado a la novelista, cuentista y ensayista.

Entre sus obras se destacan La Ventana, Cuatro Cuentos, La Isla Necesaria, El Ojo de Dios, Entre Dos Silencios, Cuentos de la Clandestinidad y La Tierra Está Bramando.

Los estudiantes de algunos centros escolares como el colegio San Miguel y el liceo Ercilia Pepín, desfilaron junto al cortejo fúnebre.