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El asesinado mayor de la Policía Nacional Víctor Manuel Batista Núñez fue sepultado ayer en medio del llanto y dolor de sus familiares, amigos y compañeros de armas, bajo la firme promesa de la institución de que sus miembros darán con los responsables del crimen. La Policía reportó que otros tres participantes en la muerte del oficial fueron identificados y que esperan dar con ellos pronto. La plana mayor de la PN, encabezada por el mayor general José Armando Polanco Gómez, participó en el funeral.
El asesinado mayor de la Policía Nacional Víctor Manuel Batista Núñez fue sepultado ayer en medio del llanto y dolor de sus familiares, amigos y compañeros de armas, bajo la firme promesa de la institución de que sus miembros no descansarán hasta dar con los responsables del crimen.
La Policía reportó que otros tres presuntos participantes en la muerte del oficial fueron identificados y que esperan dar con ellos en las próximas horas.
El cuerpo del oficial descendió a la tumba a la 1:53 de la tarde en medio de una salva disparada por un pelotón policial y de las lágrimas y los sollozos de familiares y amigos cercanos. El capellán policial Miguel Angel Barroso ofició una misa de cuerpo presente, mientras que el ex sacerdote Perseverando Batista pronunció el panegírico a nombre de los familiares.
El jefe de la Policía, mayor general José Armando Polanco Gómez, acompañado de la plana mayor, encabezó el sepelio.
El mayor Batista Núñez deja en la orfandad a cuatro hijos procreados con Diomaris Gil de Batista. Su esposa y varias hermanas lloraron desconsoladamente la muerte de su pariente.
Héctor Batista, sobrino del oficial asesinado, reclamó a las autoridades que doten de equipos y mejores salarios a los miembros de la institución, quienes, según dijo, hacen su trabajo con las manos, mientras los delincuentes exhiben armas modernas.
Geovanny Sención, ejecutivo de administración de Hoy, quien era su vecino y con quien jugaba dominó, lo definió como un hombre decente.
