Santiago.- Fue sepultado ayer en el cementerio Fuente de Luz, de esta ciudad, el cadáver del intelectual y combatiente por los derechos humanos Pedro Juan Persia.
Persia dedicó gran parte de su existencia a la defensa de los derechos humanos y las libertades públicas, organizando el movimiento obrero, sindical y de los trabajadores en el país.

En los últimos años de su vida estaba muy integrado a la iglesia evangélica.
La muerte le sobrevino la tarde del pasado jueves a la edad de 71 años en el Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat) en Santo Domingo, tras permanecer interno allí por 30 días, de los cuales los últimos once estuvo en coma.
Cientos de personas acudieron desde la noche del viernes a su velatorio en la funeraria Blandino para acompañar a su familia en el último adiós. Persia fue sepultado ayer a las 2:00 de la tarde.

Violeta Demorizi de Persia, su esposa, relató que hace un tiempo le realizaron una cirugía en el corazón, pero que hace un mes presentó problemas en uno de los riñones, cuadro clínico que le ocasionó dos derrames cerebrales que terminaron con su existencia.

El matrimonio, que perduró por 46 años, tuvo cuatro hijos, de los que permanecen vivos Katiusha, Pedro Juan y Libanesa María Persia Demorizi.

Sus hijos recuerdan a su padre como un apasionado por las libertades ciudadanas, razón que lo llevó desde que era adolescente combatir al régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina y participar en los acontecimientos políticos entre los años 1963 y 1965.

Además fue miembro notorio del Partido Comunista Dominicano.
“Mi padre siempre mantuvo esa pasión de luchar por la libertad. Y era muy respetado. Estudió ciencias políticas y periodismo internacional en la Unión Soviética (Rusia) y todos esos conocimientos los trajo a República Dominicana, donde escribía y hacía publicaciones sobre diversos tópicos relacionados al comunismo”, relató Katiusha.
Los amigos. El abogado Ramón Antonio (Negro) Veras, quien por 60 años mantuvo una estrecha amistad con Persia, recordó que su posición revolucionaria lo llevó a distintos escenarios internacionales “en solidaridad con los pueblos que luchan por la liberación nacional, la soberanía, la paz y contra toda forma de opresión”.
Otros compañeros de vida del señor Persia que asistieron al velatorio lo calificaron como una persona afable y digna de tratar.