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Neyba.- Fueron sepultados a media mañana de este les en el cementerio de aquí los restos de un sargento del Ejército, asignado a la escolta del presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), muerto a balazos por presuntos narcotraficantes en el sector Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte.
Una comisión de oficiales, tanto del Ejército como de otras ramas de las Fuerzas Armadas asignados a la DNCD, acompañó a los familiares de Dairy Felipe Díaz González, ultimado del múltiples disparos en el sector Los Platanitos, en Los Guaricanos, hecho atribuido a un vendedor de drogas conocido como Chuki.
El sub-oficial, de 35 años, era hijo de Felipe Díaz y Librada González. Falleció cuando recibía atenciones en la Clínica Cruz Jiminián, en Cristo Rey, donde fue llevado de urgencia por otras tres personas que le acompañaban, las cuales son objeto de investigación por parte del Escuadrón Contra Homicidios de la Policía.
El militar prestaba servicio en la DNCD desde mediados de 2001 y hace poco estaba asignado a la seguridad personal del mayor general Rolando Rosado Mateo, quien ordenó ofrecerle toda la asistencia de lugar a los parientes del malogrado sargento. Su familia reside en el sector El maguito de aquí.
Una comisión mixta, es decir de la Policía y de la DNCD, fue encargada de las investigaciones que permitan aclarar este hecho de sangre, a partir de las versiones de que habría cometido por un sujeto conocido como Chuki o por uno de sus secuaces, dijo en Santo Domingo el vocero de la agencia antidrogas, Roberto Lebrón.
El sargento Díaz González fue baleado de gravedad la noche del sábado cuando caminaba por la calle principal del barrios Los Platanitos, en Los Guaricanos, junto a los nombrados Jeison Reyes Vicente, Jean Carlos Castillo Lorenzo y Carmen Estévez Váquez, los tres bajo investigación.
Los restos del sargento fue trasladados a esta ciudad y velados hasta media mañana de este lunes por familiares, amigos y compañeros de armas. La DNCD prometió hallar a los responsables del hecho de sangre para que sean traducidos a la justicia, donde confía le será aplicado todo el peso de la ley.
