Sepultan soldado de origen dominicano

Sepultan soldado de origen dominicano

POR ELIAS RUIZ MATUK
SAN PEDRO DE MACORIS.-
  Fueron sepultados ayer los restos del soldado estadounidense criado en la República Dominicana, Sergio Mercedes,  de 23 años, “quien murió peleando por nuestras naciones” en Irak, según manifestó el jefe del Ejército Sur de los Estados Unidos, general Kent Keen, quien encabezó  el acto fúnebre.

Además de los familiares del soldado, sus progenitores también nativos de esta provincia, señora  Carmen Sáez de Capellán y Sergio Mercedes,  veterano de la guerra del Golfo Pérsico “La Tormenta del Desierto”, en los actos fúnebres estuvo presente el embajador de los Estados Unidos, Hans Hertell.

Mercedes nació en Río  Piedras, Puerto Rico y tenía tres años y tres meses en el ejército de Estados Unidos, ya que ingresó en octubre del año 2002. 

Se había casado en diciembre del año 2004 con  Braysi Girón, quien actualmente cuenta con siete meses de embarazo.  Residía junto a su familia en la calle Cuello, en el barrio Villa Velásquez, en esta ciudad.

El acto

Las honras fúnebres se iniciaron alrededor de las 3:00 de la tarde, cuando el féretro fue desplazado desde la funeraria San Pedro hacia la parroquia San Pedro Apóstol, ubicada frente a la catedral de su mismo nombre, la que actualmente está en reparación.

En su desplazamiento por la principal avenida de la ciudad el carro fúnebre fue custodiado por soldados del ejército Sur de los Estados Unidos, quienes acompañaron los restos a un paso militar lento, pero muy firme.

 Detrás le siguieron la madre del soldado, señora Sáez acompañado de su esposo Gabriel Capellán y el general Keen, quien nunca se separó de ella y con quien siempre iba agarrado de las manos, brindándole consuelo.

Al llegar a la catedral, a paso parsimonioso y siempre llevando a cabo los cánones de las honras militares de estilo funeral, fue desmontado el féretro para ser introducido al templo católico donde le fue oficiada una misa de cuerpo presente, a cargo del párroco Julio Pascual, quien  casualmente  había oficiado la ceremonia de su casamiento con la joven Girón en  el mismo templo. 

Encima del féretro fue colocada la fotografía del cabo Mercedes.

Posteriormente, el cadáver fue trasladado al cementerio central San Pedro, donde también se rindieron actos en su honor.

El capellán militar, primer teniente Eric Miletti, leyó un pasaje de la Biblia donde el apóstol San Juan se refiere a la muerte de Lázaro, quien fuera amigo de Jesús de Nazaret, en una aldea cerca de Jerusalem,  Israel.

Luego le fueron ofrecidas las palabras al embajador Hertell, quien dijo que como representante del presidente de los Estados Unidos, podía asegurar que su gobierno está profundamente agradecido y muy triste por la muerte del cabo Mercedes.

Afirmó que la bandera norteamericana fue puesta a media hasta en su honor en todas las embajadas de Estados Unidos.

“Sergio escogió un camino muy honorable y noble, arriesgó su vida por forjar un mejor futuro para la humanidad”, expresó, tras considerar que su sacrificio “no será en vano”.  “Sergio siempre será recordado como un defensor de la libertad, la paz  y la democracia para todos los ciudadanos del mundo y nosotros siempre estaremos endeudados y eternamente agradecidos por su sacrificio”, dijo.

Manifestó que el cabo Mercedes será  recordado como un verdadero héroe.

De su lado, el  general Keen definió al cabo Mercedes como “un hijo, esposo, amigo, guerrero y un patriota americano”.

“Estoy aquí, hoy, representando al jefe de Estado Mayor del Ejército y la 101 División Aerotransportada, para honrar y despedirnos de un compañero”, expresó Keen.

Afirmó que sus compañeros y el sargento de pelotón lo definieron como un soldado y esposo excepcional, que  era considerado como un líder entre sus compañeros, así como un guerrero y había sido elegido como su artillero por su sargento de pelotón. Dijo que su comandante de compañía, capitán Crain, lo definió como “el tipo de soldado que todos los comandantes deseaban tener”. 

“Como un veterano de combate, era un ejemplo a seguir, trabajaba duro, de forma inteligente, en excelentes condiciones físicas, perseverante y tenía metas claras”, explicó.

Manifestó que también el capitán Crain testimonió que el cabo Mercedes era “veloz como el viento y siempre disponible sin importar las circunstancias”.

Keen dijo que no tuvo el privilegio de conocer ni trabajar con el cabo Mercedes, pero que a través de las conversaciones con su comandante conoció su espíritu.

“El espíritu que inspira a un hombre de poner el bien de otros antes de uno mismo, servicio desinteresado para su país y países adoptados y alguien quien nos da un ejemplo para que todos los sigamos”, agregó.

Dijo que el ejército norteamericano no olvidará su compromiso y sacrificio y que  lamentan su fallecimiento y se esforzarán  por seguir el ejemplo que el soldado dio en vida.

Tras las palabras de Keen se procedió a la entrega de sendas banderas a los padres del cabo Mercedes, por parte del general Keen.

Previamente, el soldado Mercedes fue objeto de un reconocimiento póstumo con las medallas “Estrella de Bronce” y de “Buena Conducta” en el ejército, por sus servicios a la defensa Nacional y en la campaña en Irak.

El soldado Mercedes había recibido otras medallas como la de servicio en la Guerra Global contra el Terrorismo, Cinta por servicio en el Ejército, por servicio en Ultramar y distintivo del soldado combatiente de Infantería y Calificación de Puntería.

 Los familiares del soldado Mercedes entregaron un comunicado donde expresan su dolor por el momento difícil que les embarga, tras agradecer el apoyo y comprensión mostrado por familiares, amigos, las autoridades dominicanas y norteamericanas “en este momento tan difícil en nuestras vidas”.

“Gracias a la República Dominicana y al pueblo de San Pedro de Macorís que vio crecer a Sergio y nuestras oraciones siempre estarán con él y con todos los soldados destacados en Irak”, añaden.

De su lado, el señor Mercedes declaró a los reporteros que la muerte de su hijo valió la pena, y aunque no podía casi hablar por el dolor que le embargaba, manifestó que vio a su hijo por última vez cuando partió hacia Irak a cumplir con su segunda misión en ese país, donde se lleva a cabo una intervención norteamericana.

En Irak han muerto hasta la fecha 2,276 soldados norteamericanos, una parte de los cuales han sido de países latinoamericanos, según los datos oficiales.

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