La comunidad cubana en el país defendió la integridad y laboriosidad de Rubén Soto Hayet, dueño de la plaza La Francesa, asesinado a tiros el viernes. Exigió a las autoridades las más exigentes y exhaustivas investigaciones para que resplandezca la verdad y su crimen no quede impune. Su cadáver fue sepultado ayer.
La comunidad cubana en el país defendió la integridad y laboriosidad de Rubén Soto Hayet, dueño de la plaza La Francesa, asesinado a tiros el viernes. Exigió a las autoridades las más exigentes y exhaustivas investigaciones para que resplandezca la verdad y su crimen no quede impune.
Pidió que los responsables materiales e intelectuales sean apresados, llevados a la justicia y sancionados ejemplarmente.
El pedimento a nombre de los cubanos residentes en el país fue hecho por el periodista Mario Rivadulla, quien leyó el panegírico en el sepelio de Soto, la tarde de ayer en el cementerio Cristo Redentor, en la capital.
Rivadulla expresó que la comunidad cubana, fruto del obligado exilio, tiene cinco décadas asentada en el país, tiempo en el que ha creado empresas, miles de puestos de trabajo además de aportes profesionales y culturales, por lo que han contribuido al desarrollo económico y social.
Rivadulla relató los inicios difíciles de Soto en el país cuando llegó a finales de los años 60 junto a su esposa Consuelo.
Destacó que Soto era un hombre trabajador y emprendedor, gracias a lo cual pudo descollar en el mundo de los negocios con la famosa panadería y repostería La Francesa, ubicada en la avenida Abraham Lincoln, esquina Paseo de los Locutores.
Puedo asegurar que jamás descubrí en el trato de Rubén una sola sinuosidad mental, ninguna torcedura de carácter, la menor turbidez en su conducta, ni complicidades ni culpas que simular, expresó Rivadulla.
La señora Natalia Tejera, también cubana, definió a Soto como un hombre honesto, trabajador e íntegro y una persona muy querida y de trato afable hacia sus empleados.
Contra la prensa Algunos de los presentes en la funeraria Blandino mantuvieron una actitud hostil hacia los reporteros y expresaban que sobre Soto Hayet se habían publicado cosas inciertas. Incluso a los reporteros no se les permitió estar próximo a la capilla E donde fue velado el cadáver.
Al velatorio acudieron asiduos clientes de La Francesa y amigos de Soto, incluyendo el ex presidente de la República Hipólito Mejía, quien estuvo la noche del sábado en la funeraria. Al principio se informó que se haría una parada con el cortejo fúnebre frente a La Francesa, pero luego desistieron.
Sobre la muerte Soto Hayet fue asesinado a tiros cuando llegaba a su negocio cerca de las 3:00 de la tarde del viernes. Junto a él fueron muertos el guardián de la plaza Jorge Vólquez y el mensajero Máximo Jerónimo Paredes.
Las autoridades sostienen que Soto figuraba en el diagrama de socios del narco boricua José Figueroa Agosto. Era padre de crianza de Madeline Bernard, esposa del ex coronel Amado González, vinculado a Figueroa y quien también fue asesinado, el 24 de diciembre pasado.
Bahía de Cochinos
Soto Hayet fue uno de los expedicionarios de Bahía de Cochinos como parte de las acciones que tenían como objetivo derrocar el gobierno de Fidel Castro, en el año 1961.
Llegada a RD
Soto Hayet vino al país en el 1966 Al principio se dedicó a la agricultura y luego a la repostería.