El cuerpo sin vida de Yuniol Ramírez Ferreras, encontrado en un arroyo de Manoguayabo, será sepultado hoy en el cementerio Cristo Salvador, en Santo Domingo Este, en tanto que la Policía Nacional aseguró ayer que avanzan las investigaciones para esclarecer el asesinato del profesor universitario y dar con el o los responsables de su muerte.
El hoy occiso es expuesto desde anoche en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, donde decenas de personas acuden a solidarizarse con los familiares.
Se dijo que el velatorio concluirá a las 11:00 de esta mañana, hora a la que saldrán con el cadáver al camposanto.
El rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Iván Grullón, quien acudió a la funeraria a dar el pésame, dijo que ese centro no será indiferente ante ese crimen y que ha dispuesto un equipo de abogados penalistas para el caso.
Alejandro Vargas, juez de la Instrucción Especial del Distrito Nacional, también acudió a la Capilla E de la funeraria a expresar solidaridad y pesar y dijo que espera que las autoridades investiguen a profundidad.
También asistió el expresidente del Colegio de Abogados José Pérez Vólquez dijo que este crimen ha consternado a la toda la sociedad y de forma especial a los profesionales de la toga y el birrete por la forma vil y despiadada en que fue cometido.
Antes de la tragedia. Sonia Frías recuerda a su amigo con tristeza, y describe los últimos momentos que compartieron, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD, el miércoles.
Narró que Yuniol tomó el café como siempre en el Salón de Profesores, entre 2:00 y 2:25 de la tarde. Con el sorbo aún caliente en el paladar, subió al segundo piso a impartir docencia, pero bajó a los pocos minutos.
Entonces movió su vehículo de un estacionamiento a otro, en el mismo parqueo de la facultad. Aunque debía impartir clases a las 5:00 de la tarde, no las impartió y dejó sus dos celulares, una computadora portátil (laptop) y su billetera dentro del vehículo. Se presume que de allí fue raptado.
Roselín, hija de la víctima, después de llamar a su padre con insistencia, se presentó a la Facultad de Ciencias Jurídicas en la UASD, pues el rastreo telefónico indicaba que estaba allí.
El cadáver de Ramírez fue encontrado en el arroyo Barina, en Manoguayabo próximo a Los Alcarrizos. Presentaba un impacto de bala en la cabeza y estaba atado con cadenas a dos blocks. Vestía su toga negra.