El cadáver del sargento José Enrique Ulloa será sepultado hoy a las 10:00 de la mañana en el cementerio de Jima Arriba, en La Vega. Ulloa murió en Irak, donde combatía en el ejército norteamericano.
JIMA ARRIBA, La Vega. El cadáver del sargento José Enrique Ulloa será sepultado hoy a las 10:00 de la mañana en el cementerio municipal.
El embajador de Estados Unidos, Robert Fannin, expresó sus condolencias a los familiares del soldado y los acompañó a recibir el cadáver ayer en el Aeropuerto Internacional del Cibao.
Ulloa, dominicano de 23 años, miembro del ejército de Estados Unidos, murió en Irak el día 9 de este mes cuando su vehículo estalló durante un entrenamiento.
El sargento recibió los honores en Nueva York.
La tristeza de la familia por la pérdida de un ser querido es compartida por todos los miembros de la Embajada estadounidense en el país, así como por todo el pueblo estadounidense, dijo Fannin.
En el mismo vuelo que trajo el cadáver de Ulloa vino su esposa Nieves, de origen colombiano, y su hijo Steven, de seis meses nacido, la capitana Maribel Muñoz y los sargentos Sylvester Lloyd, William Russell y Rubén Burgos.
La última vez que amigos y familiares vieron con vida a Ulloa fue hace alrededor de tres meses, cuando vino desde Irak a participar en el entierro de su madre, Pura González, quien falleció en Nueva York el 14 de mayo y fue sepultada en el pequeño cementerio de este poblado, donde también descansarán sus restos.
Testimonios. Una multitud de familiares y amigos esperaron el féretro en esta comunidad, donde el llanto y el dolor eran compartidos por hombres, mujeres y niños. Y es que a decir de muchos, este muchachito que de pequeño era juguetón y muy dado a sonreír ante cualquier adversidad, tenía un ángel que se manifestaba en sapiencia y bondad.
Lo veo ahí en un ataúd y no creo que sea él. Pero lo recuerdo de pequeñito y era muy travieso y juguetón. A todo le sacaba partido, con el correr de los años Ricky como todos lo conocemos en el lugar desarrolló una estatura envidiable, dice Ana, una vecina.
Sus tíos Crecencio y Juan Francisco Ulloa dijeron que su muerte «ha dejado un vacío en la familia», mientras sus hermanas Miriam y Ruth Esther lloraban desconsoladas ante el cadáver.
Su mejor amigo. El sargento estadounidense Rubén Burgos llora la ausencia física de un amigo, alguien que afirma era una persona muy especial, sincera y alegre.
Era un buen ejemplo para la juventud tanto dominicana como hispana; era un muchacho que no tenía vicios. Lo de él era todo hacer ejercicios, todo lo quería aprender rápidamente, manifiesta.
Para el sargento Burgos, Ulloa tenía un camino de éxitos por delante en su carrera ya que explica que él obtuvo el rango de sargento en dos años y medio, algo bien impresionante para una persona que entró al ejército rango uno. Él iba por buen camino, iba a llegar bien lejos y es una lástima que perdiera la vida pero el murió por lo que a él le gustaba hacer, manifiesta Burgos.
Comenta que el sargento Ulloa llegó a la unidad de él Burgos- desde Alemania como voluntario, ya que tenían escasez de personal y él fue como voluntario el 31 de mayo de 2006.
Las frases
José Ulloa
De pequeño quería ser grande para cumplir su sueño de ser policía. Fue un buen hijo, un buen padre, que se granjeó el cariño de todo el que lo rodeaba.
Crecencio Ulloa
Era bueno, servicial, preocupado por superación, pero la desgracia le llegó cumpliendo con su deber».