Sepultaron ayer restos de joven estudiante asesinada

Sepultaron ayer restos de joven estudiante asesinada

Rodeada de rosas blancas, con el llanto de sus familiares, amigos que entonaban al unísono la canción «cuando un amigo se va» y el clamor de una madre que gritaba la ida de una flor cortada a destiempo, cientos de personas sepultaron ayer los restos de la joven Georgelina Yerussi Reyes Abreu, asesinada el pasado domingo.

Parados al pie de la tumba en el cementerio Cristo Salvador, última morada terrenal de Yerussi, junto al sacerdote que asperjaba su cadáver con agua bendita, el juez Jorge Reyes y su esposa Altagracia se unían atribulados en el dolor de darle el adiós final a su hija de 16 años de edad.

Mientras, sus compañeras de colegio compungidas hacían esfuerzos por mantener el coro de las canciones que interpretaban para quien fuera su compañera y amiga en el Instituto Técnico Salesiano (ITESA).

Jueces compañeros de Reyes, quien preside la sexta sala de la Cámara Penal del Distrito Nacional, magistrados de la Cámara Civil de la provincia Santo Domingo, personal docente de ITESA, autoridades civiles, militares y policiales se congregaron en el campo santo para darle cristiana sepultura a los restos de la muchacha que el pasado martes fueron encontrados en el paraje Mata Naranjo, San Cristóbal.

Yerussi había salido de su casa al mediodía del domingo 25 de este mes, rumbo a la residencia de una amiga con la que estudiaría, pero desapareció antes de llegar a su destino.

Minutos antes de introducir el ataúd a la tumba corrió la noticia de que el cadáver del principal sospechoso del crimen, el profesor Gustavo Aurelio Vásquez Payán, habría sido encontrado en el paraje La Delgada, Santiago; que el cuerpo presentaba varias puñaladas y que a su lado estaba el cuchillo con el que se presume se le infirieron las heridas.

Al ser consultado al respecto, el padre de la joven dijo que la Policía lo informó del hecho y que lamentaba el desenlace de la vida del profesor, porque deseaba que apareciera vivo para que enfrentara la justicia.

Sin embargo, Reyes afirmó que las investigaciones no deben detenerse para ver si otras personas participaron, porque de acuerdo a las evidencias, es muy probable que más personas hayan participado en el hecho, lo que les daría calidad de cómplices. Indicó que dejará el caso en manos de las autoridades y agradeció la gestiones del procurador general de la República, Víctor Manuel Céspedes, y de la Policía.

«En nombre de mi hija sólo quiero que todas las personas, que de una manera u otra tuvieron que ver con este hecho y que hayan colaborado con la persona que lo hizo, respondan por sus hechos de acuerdo a su participación».

El director de ITESA, padre José Cuello, confirmó que el profesor de electrónica Vásquez Payán fue cancelado hace más de un año por mal comportamiento, debido a que siempre llegaba tarde.

[b]TRISTE PARTIDA[/b]

Los restos de Yerussi fueron trasladados a las 8:00 de la mañana de la Funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln a la iglesia María Auxiliadora, en el sector Mejoramiento Social, donde una hora después se ofició una misa de cuerpo presente.

La gente no paraba de sollozar en momentos en que el sacerdote Rafael Fernández elogiaba las virtudes de la joven.

El féretro luego fue llevado a la escuela Madre Mazzarello, en la que la joven cursó sus estudios primarios. Posteriormente conducido al ITESA, en el que la comunidad salesiana le ofreció un homenaje póstumo. Desbordó las emociones de adultos, jóvenes y niños el homenaje preparado por las amigas de Yerussi interpretando canciones de su artista favorito, Ricardo Arjona. En el área de información de ITESA, donde estuvo expuesto el cuerpo, todos querían desfilar para ver su rostro, que bajo un tenue maquillaje dejaba entrever huellas de agresión física.

Todos coincidían en lamentar la pérdida de un ser que se apagó en plena juventud y que anhelaba servir al país desde el estrado, como su padre. Vestida de rosado, con un collar azul y un cintillo de tela blanca que coronaba su cabellera, el cuerpo de Yerussi fue adornado en su pecho con la imagen de María Auxiliadora, un rosario verde y un crucifijo de madera.

El padre de Yerussi hacía guardia de honor junto a parientes, amigos. Su madre, a los pies del ataúd, recibía las condolencias de relacionados y de la vecindad del sector Mejoramiento Social, donde la víctima nació y creció.

[b]AMOR CERCENADO[/b]

Entretanto, en el patio del centro educativo cuando se disponía la salida del féretro camino al cementerio, con cantos a la Virgen María, el novio de Yerussi, Abraham Reyes Fermín, estalló en llanto. Apretaba los hombros de los amigos de colegio que lo sostenían. Eliana Silverio, Aimeé Chávez, Yanira Pérez y Camilo y otros amigos de la joven, tampoco aguantaban la tristeza.

El cortejo fúnebre llegó al cementerio cerca del mediodía, flanqueado por agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte, que lo condujeron hasta la manzana de la calle Lebrón, donde fue preparada la tumba. Sellada con la marca bautismal, con plegarias a Dios y mitigue el dolor que produce a sus familiares su separación, el sacerdote Fernández ofició la última misa en el cementerio.

Con un llanto desgarrante de la madre de Yerussi suplicaba que no fuera cerrado el blanco ataúd blanco de su hija, tras preguntarse cómo se haría sin ella.

«Realmente no estoy tan solo, quien te dijo que te fuiste, si aún te encuentro cocinado algún recuerdo en la cocina o en la sombra que dibuja la cortina. // Realmente no estoy tan solo, quien te dijo que te fuite, si uno no está donde el cuerpo, sino donde más lo extrañan, y aquí se te extraña tanto, que sigues aquí, sin mí, conmigo, quien está contigo, si ni siquiera estas tú», decía una de las canciones de Arjona, interpretada por el coro del ITESA.

Vestido con un traje verde claro, parecido al color que llevaba su esposa Altagracia, el juez Reyes mostraba como símbolo de luto una cinta verde lumínica, color de la esperanza. El padre de la víctima no echó una lágrima a la tumba de su hija, como lo prometió.

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